Este próximo miércoles el
presidente del Gobierno de España recibirá al presidente del
Gobierno de Ceuta en el Palacio de la Moncloa dentro del
marco de reuniones que, con ocasión del nuevo modelo de
financiación autonómico, lleva a cabo José Luis Rodríguez
Zapatero con todos y cada uno de los máximos representantes
de las distintas autonomías que conforman el país. La ronda
de contactos concluye pasado mañana cuando finalice el
encuentro entre el jefe del Ejecutivo nacional y los
gobernantes de Ceuta y Melilla.
A vueltas una vez más con lo mismo y dada la especial
relevancia de lo que al futuro se refiere por las
posibilidades financieras de la Ciudad Autónoma, Ceuta se
juega y mucho no sólo en este encuentro sino en cómo quede
realmente en lo que será el nuevo reparto económico para los
próximos años.
Si bien es cierto que en los parámetros iniciales el
ministro Solbes ya mantenía las especiales condiciones de
Ceuta como para atender debidamente sus singularidades, el
Gobierno de la Ciudad sabe realmente lo que está en juego y
ha aportado con prontitud y esmerado trabajo un análisis
bien clarificador de lo que significa en números reales la
aportación económica de lo público entre lo que se recibe
desde la Administración General del Estado y lo que ha de
arrimar la administración local para compensar la necesaria
prestación de servicios a la que se está obligada pese a las
extremadamente limitadas posibilidades de desarrollo en
economía productiva con las que cuenta la ciudad, aun cuando
se persiste en el intento -sin hueco para el desaliento-
pese a que se sepa razonadamente que aun desarrollando al
máximo este sector, no compensaría las necesidades de esa
prestación de servicio público.
Si de solidaridad territorial y apoyo a la convergencia
entre las regiones es de lo que se trata, no se conocen
casos similares a los de Ceuta y Melilla con los que se deba
ser especialmente solidarios en pro de esa igualdad.
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