El origen de Gregorio García Castañeda hay que buscarlo en
la Federación de Vecinos que ahora preside José Ramos y con
quien mantiene unas “magníficas” relaciones. Se puede decir
que Gregorio, como le conocen en la calle, es el político
del barrio o un vecino en la política. Su papel pasa por
atender las necesidades de los vecinos. “Ellos vienen aquí y
saben que tienen las puertas abiertas”, comenta. “Llevo
tantos años en el movimiento vecinal que a mí no me hace
falta que venga el presidente de una barriada a decirme qué
cosas están mal. Conozco perfectamente todas las zonas de
Ceuta y para los vecinos, que esté yo mirando su barrio es
como si estuviera el presidente de la asociación. Es más,
muchas veces voy a echar un vistazo y no me hace falta
llamarlos porque ellos confían en mí”.
Buena parte de su vida la pasa dentro del local que tiene
Obimace en el Poblado Marinero. Allí mantiene a diario las
reuniones con los técnicos y recibe las demandas vecinales,
bien de particulares o bien de la propia Federación de
Vecinos. Se puede decir que la Viceconsejería de
Equipamientos Urbanos está hecha para Gregorio. No podrían
existir el uno sin el otro. Dentro del local, se almacenan
proyectos, clasificadores plagados de obras en ejecución o
que esperan ser adjudicadas. A diario sale a fotografiar
aquellas zonas donde existen deficiencias. Su agenda está en
la cabeza y su información proviene del vasto recorrido que
posee en la parcela vecinal. También es capaz de criticar
este mundo. “La gente cree que el movimiento vecinal es el
que pone y quita a los políticos. Y están muy confundidos.
El presidente de una barriada sólo puede quitarte votos,
porque el presidente de una barriada es la persona más
criticada por el entorno. Si un presidente de barriada le
dice a un vecino que vote al que sea, el vecino va a hacer
lo contrario”, comenta. “El presidente de la barriada
siempre está tachado de robar dinero, de no hacer las
cosas...”.
Gregorio también criticó la actitud que está encontrando en
los portavoces vecinales. “Yo no he visto ahora alegaciones
a las obras que se van a hacer en las barriadas; luego, lo
que no pueden venir es a criticar lo que se hace allí; o que
en su barriada no se hace nada”, explica. En referencia a
estas personas, Castañeda dijo: “Ellos no me tienen que ver
como un enemigo a batir, porque yo estoy dentro del
movimiento vecinal y soy de ellos, pero no pueden criticar
simplemente porque sean de otra ideología que la que
actualmente está en la Ciudad”.
García Castañeda recuerda cuánto le costó edificar una
Federación de Vecinos consistente y lamenta la deficiente
inversión que se hacía por entonces. “Antes se hablaba de
remodelaciones, muchas fases y poco dinero. Bastantes ni se
terminaron. Ahora es diferente, obra que adjudicamos, obra
que hacemos. Nosotros estudiamos la barriada y hacemos obras
concretas”.
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