LUNES. 5
Hacía ya mucho días que no pegaba la hebra con Ángel Díez
Nieto. Pero hoy he tenido la oportunidad de hacerlo. Y he
vuelto a comprobar que es tan agradable como instruido. Así
que da gusto hablar con él de lo que sea. No ha mucho,
debido a su cargo de viceconsejero de Recursos Humanos, Díez
Nieto fue puesto a prueba y respondió en esos momentos con
la categoría que se le suponía. A pesar de que trataron de
acorralarlo desde varios sitios y fue acribillado por
distintas bocas. Pidieron su dimisión y le dijeron de todo.
Pero él se mantuvo en sus trece. Aguantó con firmeza los
ataques de cuantos le acusaban continuamente de haber
amañado una convocatoria, gritándole además que no sabía ni
papa acerca de las obligaciones del cargo desempeñado.
Ahora, cuando todo se ha ido diluyendo como un azucarillo,
uno se alegra de haber confiado, en aquellos días tan
revueltos, en el trabajo del viceconsejero y en las
decisiones tomadas por él. De modo que se lo he recordado
mientras tomábamos el aperitivo en sitio céntrico.
MARTES. 6
He dicho mil veces que Alejandro Sevilla me cayó la mar de
bien en el preciso momento que nos presentaron hace ya la
tira de años. Desde aquel día, jamás ha habido motivo alguno
para que esa relación nuestra perdiera la calidez que tiene.
Y si lo hubo, por cualquier nimiedad que pudiera habernos
molestado, fuimos capaces de disimularlo muy bien. Hoy no
hemos vuelto a encontrar caminando por la plaza de la
Constitución. Y le he saludado con enorme satisfacción. La
de siempre. Si bien, todo hay que decirlo, aumentada por el
paso del tiempo y por saber que los achaques no sólo van
minando la resistencia corporal sino también todo lo demás.
Ay, Alejandro, ¿verdad que a medida que se van cumpliendo
años los sentimientos de la vida van quedando solamente para
uno? Bueno, que me he alegrado mucho de verte y que deseo
que los alifafes no te dobleguen.
MIÉRCOLES. 7
Acepto tomar café con José Antonio Rodríguez en el hotel
Tryp. Y nos ponemos a pegar la hebra. Ya que no lo hemos
hecho durante las fiestas pasadas. Debo decir que mi
impresión del actual consejero de Gobernación es que se
halla en mejor forma que hace unos meses. Cuando escribí
lamentando que hubiera perdido esa alegría natural en él. No
voy a decir que sea un hombre nuevo, pero sí que han
remitido en parte las muchas preocupaciones que le ocasiona
el cargo que ocupa. Ya que no es fácil estar al frente de
una consejería tan compleja. Aun así, es decir, al margen de
que se haya recuperado de sus pasadas tribulaciones, sigo
insistiendo en que Rodríguez está capacitado para desempeñar
otra tarea en el Gobierno. Debe estar en un sitio donde se
le saque rendimiento a sus conocimientos de la calle, que
son muchos; a su manera de tratarse con la gente, que lo
hace de dulce; y a que luzca en situaciones donde conviene
emplearse con esa llaneza que suele poner en sus
conversaciones. En fin, que aparte lo dicho, lo principal es
que me alegro muchísimo de ver a Rodríguez, nuevamente,
dispuesto a departir sin tapujos y con la sonrisa por
delante.
JUEVES. 8
Adela Nieto no me deja indiferente. Pese a la fama que se ha
ganado de ser mujer de armas tomar. Cuando se lo digo,
responde con prontitud: “Reconozco que soy decidida y que
tengo un carácter fuerte. Tú tampoco te quedas atrás, en ese
aspecto, y sin embargo no dejas de ser cariñoso y amable”.
Con semejantes palabras, la consejera de Sanidad me desarma.
Trata de ganarme la voluntad y a punto estoy de quedar a
merced de ella. Aunque reacciono y pruebo otra vez a sacarla
de sus casillas. Pero no me negarás que tus principios en el
Gobierno no fueron muy halagüeños. Y te mostraste, en
bastantes ocasiones, enfurruñada y con las cejas fruncidas a
cada paso. “Es verdad que lo pasé mal al principio, pues
hube de soportar críticas inmerecidas y anduve titubeante.
Si bien conseguí enderezar el rumbo. Y no olvido a las
personas que, entonces, supieron darme ánimos para remontar
el vuelo”. Mira Adela, le dije, agua pasada no mueve
molino... De modo que lo que importa es que actualmente se
te ve muy bien y te has ganado el respeto de cuantos te han
ido conociendo en tu actividad política.
VIERNES. 9
Mi amistad con Mohamed Chaib fue cimentada en momentos donde
me demostró que podía confiar en él. Y se ha ido
consolidando con el paso de los años. Lo cual no quiere
decir que a veces no estemos en desacuerdo en según qué
cosas. No obstante, jamás se nos ocurre mantener ninguna
discusión al respecto. Porque ambos nos conocemos lo
suficiente como para caer en la tentación de echar por
tierra el afecto que nos profesamos. Chaib es un hombre de
la calle. Y, por tanto, sabe latín. De modo que hay que
prestarle mucha atención cuando insinúa algo o nos indica
que no estamos situados en el camino correcto. Sé de buena
tinta, además, que ha sido capaz de solucionar problemas que
se les habían ido de las manos a personas con poder
suficiente para atajarlos pero que no daban con el quid de
la cuestión. Hace tiempo que me venía hablando de las
circunstancias que concurren en las naves del Polígono del
Tarajal y que están influyendo negativamente en el haber de
la Ciudad. Días atrás, como asesor que es en la Casa Grande,
lo vi participando en una reunión entre partes, con el fin
de poner fin a las irregularidades que existen en el
reseñado Polígono. Hoy, cuando he compartido mi charla casi
habitual con él, le he dicho que muy pronto habrá orden en
ese templo de ventas donde cada cual hace de su capa un
sayo, si siguen sus consejos. Mis palabras le han hecho
reírse de esa manera tan peculiar que tiene de mostrar su
alegría. A mí sólo me queda decir que algún día habrá que
recordar la cantidad de favores hechos por Chaib y la de
consejos acertados que ha venido dando. Amén.
SÁBADO. 10
Llevaba cierto tiempo sin hablar con Juan Manuel Doncel.
Hemos coincidido en el hotel Tryp y nuestra cháchara ha
durado un tiempo prudencial. El justo para conversar sobre
cosas intrascendentes. Por más que él sea todo un secretario
general del PP y, por si fuera poco, consejero de Fomento.
Su carrera política ha sido fulgurante y no ha hecho, según
tengo entendido, nada más que comenzar. Juan Manuel es un
gran aficionado al fútbol y sufre lo indecible cuando la
Asociación Deportiva Ceuta no obtiene los éxitos esperados.
Me consta, además, que siempre le estará agradecido a Elena
Sánchez. Con la que compartió tareas de gobierno. En un
momento determinado de nuestra charla informal, le tiro de
la lengua para saber acerca de ciertas declaraciones suyas y
me pega un regate al estilo Robben. No hace falta decir que
Doncel es persona sobria y capaz, cuando la ocasión lo
requiere, de ser lacónico. Vamos, que hay que sacarle las
palabras con sacacorchos. Por algo es secretario general del
PP. Ah, se me olvidó decirle que en la Casa Gallega,
restaurante donde se come muy bien, se ganan la vida cinco
familias. Y ellas están sufriendo en sus carnes, y en la
caja, las dificultades que les están creando unas obras a
los clientes.
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