Ceuta quiere sumarse al carro del transporte público
ecológico. Para ello, la Ciudad espera un informe del
Ministerio de Industria con el que conocer qué subvención
podría obtener. Al no estar el servicio municipalizado,
habrá que tener muy en cuenta la posición de Hadu Almadraba
y su disposición a invertir en un producto que beneficiará a
todos, gracias a la eliminación de gases contaminantes y
ruido. El hidrógeno y el gas natural se han convertido en
las energías favoritas de muchas capitales españolas para
dar vida a unos autobuses capaces de cumplir con una jornada
de trabajo diaria sin ‘repostar’ ni una sola vez.
¿Contará Ceuta con autobús ecológico por sus calles? Son
muchas ciudades españolas las que se han sumado desde 2003
al saneamiento del transporte urbano. La eliminación de
gases contaminantes, el ruido y el humo son las principales
causas para comprender el empeño que la Consejería de Medio
Ambiente, a través de Yolanda Bel, y que el presidente del
consejo de administración de Procesa, Guillermo Martínez,
están poniendo para conseguir traer a Ceuta vehículos de
nula contaminación, los conocido como autobuses ecológicos,
que ya se dan en capitales como Málaga, Madrid, Barcelona,
Valencia, San Sebastián o Tenerife. Éstas últimas urbes ya
han creado hasta una Agrupación de Operadores que promoverá
los autobuses de combustión de hidrógeno y la construcción
de plantas para obtener este elemento. Además del hidrógeno,
muchas otras empresas o ayuntamientos se están suministrando
de gas natural. Su combustión hace que se muevan también por
ciudades como Barcelona, Valencia o Málaga.
Madrid fue la primera ciudad de España en sumarse al carro
del ecologismo en el transporte, y fue la segunda capital en
hacerlo en Europa. En los últimos meses del año, Castellón
se ha incorporado a esta experiencia, mientras que Málaga ha
aumentado la flota.
¿Y Ceuta? Yolanda Bel y Guillermo Martínez están esperando
un informe del Ministerio de Industria para conocer al
detalle todos los aspectos técnicos de este transporte, como
velocidad que puede alcanzar, autonomía (cuánto tiempo es
capaz de circular sin repostar energía), subvención o qué
tipo de energía utilizará. Las dos más utilizadas por los
autobuses ecológicos son el hidrógeno y el gas natural. El
funcionamiento del primero de ellos se basa en unas pilas
que alimentan eléctricamente el motor gracias a una reacción
química. Esta energía sólo desprende vapor de agua, y
elimina el ruido. El gas natural necesita una planta en la
que llenar sus depósitos, algo que lo hace más incómodo.
Estos vehículos son capaces, por lo general, de conseguir
una velocidad punta de 75 kilómetros hora y de ser autónomos
durante un día de servicio.
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