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OPINIÓN - VIERNES, 9 DE ENERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

El PP es muy fuerte en esta ciudad
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Perogrullada al canto: un partido necesita organización. Y, por tanto, es imprescindible que alguien se erija en figura principal de tal menester. Dedicándole mucho tiempo. Con el fin de que pueda crear redes de clientelas, que pueda buscar acuerdos con intereses corporativos, que son la base de la esencia política.

La persona encargada de semejante labor ha de implantar una disciplina férrea en el seno del partido sin que ella impida el debate. Si bien éste ha de hacerse en su momento, cuando las circunstancias lo aconsejen.

Los cimientos de un partido se mantienen gracias a una buena dirección. Y, desde luego, están muy confundidos quienes piensan que el jefe puede conseguir sus objetivos sólo basándose en sus discursos. Poniendo a contribución sus dotes oratorias. Y relegando a la política.

El Partido Popular es muy fuerte en esta ciudad. Y lo es, al margen de que la derecha, por cuestiones obvias, haya dejado sentir casi siempre su peso específico en las urnas, y, cómo no, debido a lo que se ha dado en llamar el fenómeno Vivas, por el trabajo que viene realizando Pedro Gordillo.

Negar esta realidad, pese a los muchos defectos que puedan achacársele al presidente popular, significa no querer aceptar unos hechos que son incuestionables. Y, quien así se expresa, nunca mantuvo ningún tipo de relación con Gordillo. Es más, si algo tuvimos fueron desencuentros que hicieron posible un distanciamiento perdurable en el tiempo.

En las fiestas pasadas, la noticia de la indisposición de PG, en un momento donde la gente estaba más que predispuesta a celebrar el acontecimiento navideño, resultó la comidilla de todo el mundo y dio origen a toda clase de comentarios. A los cuales presté oído y hasta tuve la oportunidad de jugar mis bazas para enterarme de la tensión que produjo el estado de salud de un hombre querido y temido a partes iguales.

Sí, ya sé que Gordillo es consciente de que su figura ha generado odio entre quienes no le perdonan el poder que atesora y el posible mal uso, que según ellos, hace de él a veces. Pero tampoco es menos cierto que se habrá podido dar cuenta, en momentos tan delicados para él, que su fuerza radica, por encima de todo, en poder mantener la salud a fin de resistir los embates de cuantos están esperando su momento para aprovechar cualquier signo de desfallecimiento en él, para entrarle a degüello.

Y lo más recomendable para mejorar en el aspecto físico es, sin duda, el sosiego, la calma... Aunque pedirle reposo, quietud, placidez, etcétera, a quien se ha distinguido siempre por su vehemencia, a quien es impetuoso y apasionado, resulte una gollería por mi parte, creo que es lo más conveniente que puede hacer en estos momentos.

Lo cual no significa que deje de cumplir ninguna de las funciones que tiene encomendadas. Y no hace falta decirle el porqué. Es la hora en la cual el presidente del PP debe dar muestras de que no sólo ha sabido hacer un partido fuerte y disciplinado, sino que además es capaz de conservar la cabeza fría cuando se ha visto diezmado por un arrechucho que ha llenado de inquietud a unos y a otros; es decir, a sus seguidores y a sus contrarios. Recupérate, Pedro, de verdad. Por el bien tuyo y del partido.
 

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