Decía la sabia de mi abuela, que
la política consiste en “quítate tú, para ponerme yo” pero
que, en definitiva, todo es lo mismos, pues con escasas
variantes todos los programas, de los distintos partidos,
son exactamente iguales.
La verdad es que, una vez más, llevaba toda la razón del
mundo, Si, ustedes, se molestan en leer los distintos
programas de los diferentes partidos que se presentan a las
elecciones, parecen que con, salvo algunas variantes, todos
son iguales. MI abuela, tengo que reconocerlo, era un genio.
Lo de “quítate tú, para ponerme yo”, es una frase que,
siempre, me ha llegado al alma. A lo largo de los años que
llevamos de democracia, el menos malo de los sistemas según
dicen, he ido comprobando como políticos de gran valía de
algunos de los más importantes partidos y de los de menos
importancia también, han ido despareciendo del mapa
político, para dejar paso a otros que, la verdad sea dicha,
no han demostrado nada de nada, pero como decía la sabia de
mi abuela, esto no es más que el quítate tú para ponerme yo.
Me vienen a la memoria, dos políticos, un hombre y una
mujer, por aquello de mantener la paridad, que dejaron
estela de su bien hacer en los cargos a desempeñar y que han
desaparecido, siendo enviados al ostracismo, y como decía
Pepe Iglesias “El Zorro”, de los pobres…nunca más se supo”.
Los dos pertenecían a los populares y él, consiguió bajo su
mandato, la mayor paz social registrada hasta hoy. ¿Por qué
desapareció del mapa político si era un hombre de gran talla
política? ¡Ay abuela que sabia eras!
Lo mismo podríamos decir de esa mujer que a igual que
Pimentel, que es a quien me estoy refiriendo, para que no le
den muchas vueltas a la cabeza tratando de averiguar quien
es el personaje, desapareció de la política, habiendo dejado
estela de su bien hacer, durante su mandato en la misión que
se le había encomendado.
He puesto este ejemplo de los populares, como se puede poner
de cualquier otro partido que, del mismo modo han dejado
fuera de “combate” a personajes de gran talla dentro del
mundo de la política.
Esto es algo que no entiendo, sino es acudiendo a los sabios
consejos de mi abuela, donde más que nunca creo que se
cumple la primera de sus frase o consejos, con la que henos
iniciado el artículo.
Y lo que no entiendo es, cómo se puede dejar en el
ostracismo a políticos de talla, para darles paso a algunos
personajillos que nada aportan desde sus puestos de mando en
la misión que les ha sido encomendada. Cuando lo que
deberían buscar, con todas sus fuerzas, políticos de talla
que marquen las diferencias.
Lo único que me da por pensar, dejando a un lado a la sabia
de mi abuela, es que los mandas no quieren rodearse de
personajes más inteligentes que ellos, para lo que no hace
falta mucho esfuerzo, que les puedan “birlar” el puesto.
Oiga, no es por nada, que me importa tres pepinos lo que
quieran hacer cada uno de los mandas, pero que error, que
gran error.
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