La Dirección Provincial de Empleo contabiliza sólo dos
Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en los últimos
meses en Ceuta. Estos son de escasa dimensión y formalizados
con una duración temporal. Los temidos ERE, verdaderos
termómetros de la crisis, no han llegado con la misma
virulencia que en la península, algo que habla de las
particularidades de de la estructura productiva ceutí.
El empleo es el primer damnificado de una crisis. El segundo
las familias que, indirectamente, se ven afectados por los
despidos y la falta de contrataciones. Las empresas optan
por reducir personal para equilibrar las cuentas y evitar el
cierre. Es en este momento cuando surge la figura de los
Expedientes de Regulación de Empleo, verdaderos termómetros
de la crisis y que se están manifestando dentro de grandes
corporaciones nacionales e internacionales con implantación
en muchas ciudades de España.
Sólo dos entidades han solicitado Expedientes de Regulación
de Empleo durante el mes de diciembre y lo que llevamos de
enero. Ambos son por suspensión de relaciones laborales por
un periodo temporal. Esto es, la excusa es un bache
coyuntural, según explicaron desde la Dirección Provincial
de Empleo. Uno es el patrón de un barco que está en parada
biológica y otro una empresa del sector servicios que ha
rescindido el contrato a 8 personas. Una entidad que nunca
antes había solicitado un ERE. Estos casos se unen a una
constructora que, en noviembre, solicitó una reducción
significativa de su plantilal de trabajadores.
Antonio Gil, secretario general de UGT Ceuta, intuyó que las
empresas de la ciudad están “resistiendo” la crisis y
encontró explicación a este fenómeno local en la diferente
estructura del sistema productivo basado en la aportación
estatal y el comercio.
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