Al menos es una satisfacción ver
que, por un día y con un determinado producto, la crisis
parece que ha sido superada, en los momentos más
complicados.
Y es que cada 5 de enero, además de en una serie de
establecimientos propios de este tipo de productos, aparecen
multitud de “puestos ambulantes” con el roscón de Reyes, que
es adquirido por cientos de personas.
Alguien me comentaba el lunes por la tarde, al poco rato de
yo haber regresado a Ceuta:” se los quitan de las manos, no
hay en ninguna parte que se vendan tantos como aquí”.
La frase iba a tono con lo que veíamos en las inmediaciones
del mercado central, tanto en cualquiera de esos puestos,
que he citado, como en la panadería cercana.
Las bolsas, en esta ocasión, no indicaban la compra en las
rebajas, por aquello de que las rebajas, hasta el miércoles
no han comenzado en Ceuta, aunque en ciertos
establecimientos se hayan estado haciendo de una manera
encubierta, no como rebajas, sino con descuentos o algo
parecido, para intentar que muchos posibles compradores no
se fueran al otro lado del Estrecho a hacer sus compras.
Pero dejando de lado las rebajas, de las que ya hemos
hablado y volveremos a hablar en otro momento, los
vendedores del roscón de Reyes se frotaban las manos porque
es, posiblemente, el único producto al que no han afectado
ni la crisis, ni la recesión.
“No hay diferencia con respecto a otros años” decían los
vendedores, en sus “tenderetes” callejeros, con lo que a
estos, de momento, la cuesta de enero les llegará un poco
más tarde, pero con seguridad que, también, les va a llegar,
igual que nos llega a todos los demás.
Esa venta se explica, especialmente, porque es un producto
al alcance de cualquier bolsillo, incluso de los más débiles
y con 10, 15 o a lo sumo 20 € se hace la compra para toda la
familia, lo cual indica que, el personal quiere comprar, el
poco dinero que tiene lo gasta, pero meterse en demasiados
dibujos no lo hace, no porque no quiera, sino porque no se
puede en estos momentos.
Además la fecha se exponía, precisamente, a esa venta, en
cualquier parte del centro de la ciudad, por cuanto muchos
padres, que llevaban a sus hijos a la cabalgata de los Reyes
Magos, se encontraban con un puesto en plena calle y, además
de ver la cabalgata, compraban ese dulce típico de este día.
Y ya que estamos en este tipo de producto, que sirve para
cerrar la campaña navideña y que deja atrás los turrones, en
el roscón de Reyes encontramos diversas variedades, según el
gusto de cada uno, de nata, turrón, trufas ..., pero además
con algo que es común a todos ellos, no hay ni uno solo que
no lleve, dentro, una sorpresa, que no un juguete.
Es un dulce milenario y hoy, ya en pleno siglo XXI, o lo que
es lo mismo, metidos en el III milenio, el roscón de Reyes
se ha convertido en una tradición que une a familias
enteras, a la hora del desayuno, con una taza de chocolate
por delante, y con todos los adornos navideños que se van a
retirar luego ya, a las pocas horas.
Un mes antes, el alumbrado eléctrico nos anunciaba lo que
iban a ser estas fiestas. El mes, un poco más, ha pasado ya
y el roscón de Reyes nos está diciendo que en pocas horas ya
tenemos que despedirlas, hasta el próximo año.
|