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OPINIÓN - JUEVES, 8 DE ENERO DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Personalmente y en personar, jamás he creído en las encuestas de unas elecciones a pesar de que, últimamente, están acertando casi en un cien por cien. Lo he escrito en varias ocasiones, las únicas encuestas en la que creo, son cuando se cierran los colegios electorales y el Ministerio del Interior da los resultados definitivos. Será porque soy un incrédulo de los de armas tomar.

Con esto de las encuestas, me pasa, exactamente, como en la valoración que hago de los votos. Me sigue sin convencer eso de que una persona es un voto. Y desde luego, digan lo que digan, que eso me da lo mismo, no existe en ninguna elección, eso tan cacareado de que se cumple lo que le pueblo ha votado.

Cierto es que el pueblo vota, pero no es menos cierto que esa libertad de voto, sólo dura los diez segundos que se tarda en que el votante deposite su papeleta en las urnas. Luego, con ese voto, se hace, lo que más le convenga a algunos partidos. Me explico.

Por un suponer, y no es mucho suponer, porque hay casos que así lo demuestran en muchas de las elecciones que llevamos con la democracia, que nunca gobierna aquel o aquellos a los que el pueblo ha votado, sino la unión de varios partidos a los que el pueblo, precisamente, no ha votado.

Por poner un ejemplo que entendamos todos. En las pasadas elecciones autonómicas en Galicia, el pueblo voto por mayoría a los populares, que se quedaron a un sólo diputado de alcanzar la mayoría absoluta. Luego la cosa está de una claridad meridiana, quien quería el pueblo que lo gobernara durante cuatro años.

Está tan clara como que el pueblo no quería que el resto de los partidos fuesen quienes gobernasen Galicia. La solución la encuentran en unirse el resto de los partidos, y de esa forma poder gobernar a pesar de que el pueblo no les había dado su confianza, sino todo lo contario.

Ante esto, uno como votante se pregunta, para que vale el voto del pueblo si, después, se hace con ese voto lo que más le conviene a cada uno de los partidos que se presenta a las elecciones, Se llega a la conclusión que el voto, de cada uno de nosotros, no vale para nada

Es un cuento chino eso que tanto se repite de que “el pueblo es soberano”, siguiendo con mi particular forma de ver y entender esa frase, el pueblo tiene de “soberano” lo que yo de premio Nobel de Literatura. El pueblo, mientras no se me demuestre lo contrario, personalmente y en persona lo considero, simple y llanamente de “garrafón”.

Estoy totalmente de acuerdo con todos aquellos que dicen que hay que cambiar la Ley Electoral pues, de esa forma, nos acercaremos a una fórmula en la que con seiscientos mil votos tengan más diputados que quienes han sacado más de un millón de votos. Eso me parece una incongruencia sin explicación alguna.

En ese cambio debe estar el que todos aquellos partidos que quieran estar en el hemiciclo, se deberán presentar en todo el territorio nacional. Se acabaría, de una vez por todas, que tres diputados nos gobiernen. ¿O no?.
 

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