Es el ciclo que se repite cada
año, luces, fiestas navideñas, Reyes Magos y..., a pasar el
mes lo mejor que se pueda, o como decía una señora, por
estas mismas fechas, el pasado año “ahora nos tocará hacer
uso a diario del EVECREM”.
Y si eso era el año pasado, ahora, con la que está cayendo,
habrá que tener cuidado para que ni una gota del avecrem se
desperdicie.
Lo bueno que tenemos ahora, aunque ello sea ir prolongando
un poco más “la agonía” es que con las rebajas a todo ritmo
parece que las compras van a seguir haciéndose, claro que
esos precios, nunca se sabe si ciertos o engañosos, lo que
nos hacen es tirar un poco más de la tarjeta, con lo que
además de éste, tendremos otro u otros meses más pasando las
de Caín.
Y no quería yo, precisamente hoy, cuando ha quedado atrás el
día de la ilusión de casi todos, poner el caramelo amargo en
los labios de nadie, pero esto es lo que realmente hay, en
un mundo de globalización y de consumo, en el que todo
parece venirnos bien, aunque muchas de esas compras que se
hacen con tanta ilusión se quedan colgadas en la percha,
unas de ellas habiéndolas utilizado una sola vez, y otras
sin habernos dado tiempo, si siquiera a poderlas estrenar.
Pero ya me dirán si la señora del 5º no va a ir de compras
cuando ha visto que la vecina del tercero derecha ha
comprado, y a mitad de precio, uno de esos modelones que
tanto han anunciado el mes pasado en la televisión, o si el
caballero al que tanto le gustan las camisas de marca, no va
a comprar hoy dos, al precio de una, y además de las de su
marca preferida. Luego ya veremos cuando se las estrena.
Es así y así habrá que aceptarlo, pero sabiendo que tras los
despilfarros de estas dos semanas pasadas, lo adecuado sería
“reponer fuerzas” en la economía, para abordar como es
debido, luego después, los carnavales, por ejemplo.
El mes se presenta difícil, Ceuta no va a ser una excepción
y aquí tenemos la pescadilla que se muerde la cola, porque
si no se vende todo o casi todo, en las rebajas, los
comerciantes pasarán, no este, sino éste y los siguientes,
tratando de hacer la cuadratura del círculo, con sus cuentas
e intentando seguir adelante, en esta etapa de vacas flacas,
que nos está tocando vivir.
Hace ya bastantes años, cuando uno no tenía que pensar en el
día a día económico, porque el plato de lentejas te lo
ponían en casa, hiciera frío o nevara, me costaba trabajo
comprender eso de “la cuesta de enero”. Ya entonces se
empezaba a hablar de eso, a pesar de que la economía en
aquellos años 60 iba por otros derroteros.
Luego, al pasar el tiempo, y haber entrado, a mí manera, en
lo que implican los regalos de todos estos días pasados y su
repercusión en el bolsillo, ya hemos ido comprendiendo, muy
especialmente, a las amas de casa, las auténticas
administradoras que, al llegar estos días, miran y remiran
los productos que deben comprar, porque “la paga no da para
más”.
Hasta ayer, prácticamente, nadie pensaba en lo que
representa el mes de enero, desde hoy, a la hora de ir a la
compra, ellas y ellos, porque también ellos deben
preocuparse del mercado, empiezan a percibir que “no todo el
monte es orégano”, y que enero del 2009 no va a ser distinto
del de 2008, y si se diferencia en algo será porque la
situación se ha agravado más. Es enero, aunque de momento,
sin nieve.
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