La Sociedad de Caza abatió el pasado fin de semana a la
jauría de perros salvajes que se había asentado en la zona
de Valdeaguas y que había atacado a varios viandantes en esa
parte del Monte Hacho. La Consejería de Sanidad decretó su
“reducción selectiva” tras haber intentado su retención
mediante métodos que resultaron poco eficaces.
Los cazadores pudieron abatir a los tres perros
asilvestrados que habían atacado o amedrentado a varios
viandantes en la zona de Valdeaguas, que se sitúa en el
recorrido que realizan muchos ciudadanos alrededor del Monte
Hacho. Tres era el número de ejemplares de los que se tenía
constancia por lo que la amenaza para los paseantes parece
que ha conluido. La Consejería de Sanidad había probado
otros métodos menos expeditivos para lograr su captura. Los
trabajadores de la Ciudad probaron con dardos anestesiantes,
lazos y jaulas trampa en las que se colocaba un cebo. Hasta
la pasada semana sólo se había conseguido lograr retener a
una hembra que fue trasladada a la sede de la Asociación
Protectora local en García Aldave.
Esta actuación se encontraba recogida en la Orden de Veda
emitida tras el último Consejo de Caza para la existencia de
los “perros errantes”: “La Consejería de Medio Ambiente
podrá autorizar la realización de batidas controladas en
terrenos sometidos a régimen de caza controlada”.
La procedencia de los animales es aún desconocida,
“probablemente sean animales de obras. Están allí para la
vigilancia y una vez que concluyen se les dejan sueltos,
algunos pueden asentarse en el monte y una vez allí se
asilvestran y pueden volverse peligrosos y agresivos para el
hombre”, fue la idea que manejó el presidente de la Sociedad
de Caza, Antonio López.
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