El pasacalles `Frío y Nieve por Navidad´ amenizó ayer la
jornada navideña convocando a una buena cantidad de público
en el recorrido que hicieron por el centro entre la Iglesia
de los Remedios y el paseo del Revellín. LA actividad estaba
organizada por la empresa ACUDEDUCA y particularmente
dirigida a los más pequeños, que quedaron fascinados con el
montaje y la estética utilizada.
Frío y Nieve por Navidad se llamaba el pasacalles montado
por ACUDEDUCA pero muy poco resquicio había en su actuación
para la tristeza asociada a las épocas invernales, más bien
dejaron una explosión de alegría en el recorrido que
hicieron por las calles del centro de la ciudad.
El curioso desfile lo abrían tres zancudos y lo cerraba un
enorme muñeco de nieve hinchable que iba sobre un vehículo
con unos altavoces de sorprendente potencia. Al son de
canciones navideñas tradicionales y otras adaptadas con un
toque casi maquinero, unos 25 animadores vestidos con el
tipo del muñeco que presidía toda la comitiva. Un enorme
arco de globos blancos y una máquina de nieve manejada por
uno de los actores completaban toda la infraestructura del
pasacalles.
Evidentemente nadie que pasara distraído por el centro a
hacer sus compras navideñas quedaba indiferente, y menos los
niños, que o se sumaban a los bailes de los animadores o se
quedaban petrificados preguntándose el qué y el porqué de la
fiesta montada en mitad de la calle.
ACUDEDUCA realizó una salida por la mañana y otra por la
tarde, acumuladas tras dos días de cancelaciones producidas
por las constantes lluvias. El recorrido empezaba en la
Iglesia de los Remedios y llegaba hasta el paseo del
Revellín pasando por toda la arteria peatonal. Por el camino
realizaron varios parones en los que invitaban a los niños
del público a juegos relacionados con el baile. Había uno
particularmente celebrado en el que todos los miembros de
ACUDEDUCA se ponían en fila y hacían una coreografía
sencilla que era seguida por los más pequeños de forma
intrépida. Había un hada de las nieves muy jipi que era la
encargada de organizar todo el barullo, además de animar con
bastante facilidad escénica a todo el público.
Si el objetivo, decían en ACUDEDUCA, era llenar las calles,
se cumplió de sobra. La gente se agolpaba por donde pasaba
el pasacalles navideño. Pero además consiguieron desperdigar
un poco de alegría entre la concurrencia, y no sólo entre
los más pequeños.
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