Con la ventaja del tiempo que ha tenido para meditar y
planear sus primeros pasos al frente del partido, testigo
directo por invitación expresa de la Federal del acuerdo que
el PSOE de Melilla y CpM suscribieron en enero y que les
dejó dos meses después a sólo 500 votos de arrebatarle el
escaño en el Congreso al PP, el nuevo secretario general del
PSOE, José Antonio Carracao, un obseso de la medición y el
control de los ‘tiempos’ de la política ya ha dado el primer
paso para que dentro de tres años y poco Ceuta pueda ver un
pacto similar entre él y Mohamed Ali, el único líder
político local con el que ya ha hablado ‘de partido a
partido’.
Lo primero que le dijo el nuevo secretario general del PSOE
de Ceuta, José Antonio Carracao, a la ministra de Igualdad,
Bibiana Aído, cuando se quedaron a solas camino del salón
donde la Ejecutiva de la refundada Federación socialista
local se reunió el pasado 22 de diciembre con la política
gaditana fue si había leído EL PAÍS.
Carracao se refirió, sin citarla, a la información que nueve
días antes había aparecido en el diario del Grupo PRISA bajo
el titular ‘Los musulmanes rechazados para militar en el
PSOE de Ceuta denuncian “racismo’, una de las que más le
afectó de cuantas se publicaron en tono crítico sobre el
proceso previo a la Asamblea Constituyente del día 13.
Aído, que traía la lección aprendida, le tranquilizó. “Sé
que han intentando confundir a la gente”, le deslizó la
ministra, que pidió a la secretaria de Igualdad de Carracao,
Samira Mohamed, el único miembro musulmán de la dirección
política regional, que rompiese el protocolo y se sentase a
su lado.
El asesor del delegado, que vivió largo tiempo fuera de
Ceuta hasta instalarse en la ciudad, carece de un círculo de
amigos musulmanes de su edad con los que haya compartido
patio y pupitre pero, como ha confesado a sus íntimos, esa
trayectoria vital le hace sentirse libre de los prejuicios
que sí percibe hacia esa comunidad en otros políticos
locales.
El día de su elección como líder del PSOE de Ceuta Carracao
llevaba ya mucho tiempo preparando en silencio sus primeros
pasos al timón del partido en la ciudad. Si echan la vista
atrás le recordarán, el 20 de enero del año pasado, en la
sede del PSOE en la calle Ferraz.
La Ejecutiva Federal le invitó como convidado de excepción a
contemplar en primera persona la firma del acuerdo que
rubricaron el secretario general del PSOE melillense,
Dionisio Muñoz, y el presidente de Coalición por Melilla (CpM),
Mustafa Aberchan, ante José Luis Rodríguez Zapatero y José
Blanco.
Semanas después Carracao también recibió una invitación,
menos formal, para otro encuentro de postín que nunca llegó
a producirse. Sus comensales deberían haber sido un
dirigente de renombre de la Secretaría de Organización de
Ferraz, De la Encina, él mismo y... Mohamed Ali. La cita iba
a producirse fuera de Ceuta, en la península, pero apenas
veinticuatro horas antes se frustró por la aparición de una
información periodística en un diario de tirada nacional
acerca de las conversaciones entre ambos partidos.
Mes y medio después, el 7 de marzo, ya con el apoyo
“incondicional” de UDCE a su candidatura, este periódico
preguntó al por aquel entonces aspirante socialista a ocupar
un escaño en el Congreso de los Diputados si abrir un
proceso similar al de la ciudad hermana en Ceuta le sonaba
“como quien oye llover”.
“Nos llevan muchos años”
Su respuesta fue, textual e íntegramente, la siguiente: “Lo
que ha pasado en Melilla es el resultado de un proceso en el
que nos llevan muchos años de ventaja, los que PSOE y CpM
llevan coincidiendo en su labor de oposición, con un
conocimiento personal de los líderes que aquí no tenemos
porque el partido no existe ni tiene capitán del barco...
Los socialistas agradecemos el apoyo de todo aquel que
quiera respaldar nuestro proyecto y [el presidente de UDCE,
Mohamed] Ali dejó claro que con su decisión no pedía
contrapartidas. Si recorremos ese camino del que hablaba
antes podremos plantearnos cualquier cosa, como en Melilla”.
Investido ‘capitán’, antes de ver a cualquier otro líder
político [los máximos responsables del PP y del PSPC, Iván
Chaves y Pedro Gordillo, confirmaron ayer no haber mantenido
ningún encuentro con el líder del PSOE ‘de partido a
partido’] Carracao se vio con el líder de la oposición en la
Cámara autonómica, que le pese a quien le pese, dentro y
fuera de su coalición, ha logrado forjar en lo que va de
legislatura un cierto camino de “trabajo conjunto” en la
oposición con el Grupo Parlamentario Socialista que encabeza
Inmaculada Ramírez.
Según han explicado fuentes de toda solvencia cercanas a
ambas partes lo que quería el secretario general del PSOE no
era alcanzar “ningún compromiso explícito”, algo que no
convenció del todo a parte de UDCE, sino exponer a Ali una
‘hoja de ruta’ para los próximos tres años y medio, el
periodo en que expirará su primer mandato al frente del
partido.
Los ‘tiempos’ políticos
En esa línea, y sin apartarse un milímetro de su obsesión
por el control de “los tiempos” en política, esa misma que
hizo que le cayeran chuzos mediáticos de punta sin alterarlo
durante todo el otoño, Carracao le habló al líder de UDCE de
su visión del futuro y de su visión de su futuro en común.
De haberlo, vino a explicarle, será en 2012, cuando el ex
secretario general de Juventudes Socialistas cree que sí
puede suscribirse una alianza al estilo de la de Muñoz y
Aberchan si las cosas son como tienen que ser y “los hechos
más que las palabras” demuestran que hay una sintonía
ideológica y de acción política.
Cada uno por su lado, Carracao tiene la intención de dedicar
los próximos años a “fortalecer” su partido haciendo más
amplia su base electoral, a ser posible sin minar la de UDCE,
según dijo tener la voluntad de hacer. “Este no es un
momento”, advierten desde la cúpula de poder del nuevo PSOE,
“para alcanzar compromisos más o menos irreales con otros
partidos, sino para que el partido crezca al margen de la
leyenda negra que arrastró en tiempos anteriores, convenza a
la ciudadanía y demuestre ser capaz de presentar un proyecto
real y alternativo para solucionar sus problemas”.
“Explorar” el ‘centro’
Y es que en la mutua competencia puede no estar la
posibilidad de ganar. En las últimas generales el PSOE, sin
UDCE en la pugna de las urnas, obtuvo el mejor resultado de
su historia democrática en la ciudad autónoma: 14.716 votos.
Es obvio, por los distritos de donde procedieron en buena
parte, que muchos de sus titulares escogen la papeleta de
Mohamed Ali cuando de comicios locales se trata, pero ni aún
suponiendo lo contrario y sumando a esa cifra el mejor
resultado de UDCE (5.659 sufragios en las autonómicas de
2007) el resultante son 20.375 apoyos, una cifra que el PP
ha rebasado en solitario en todas las citas electorales
desde que Juan Vivas está en la Ciudad excepto precisamente
en marzo pasado, cuando obtuvo 20.040.
“Seguramente por primera vez en muchos años en estos
momentos, con las políticas e inversiones que se están
ejecutando y se han proyectado y con las visitas de
ministros y el propio Zapatero, por no citar la del Rey”,
argumenta un estrecho colaborador de Carracao, “el PSOE de
Ceuta ahora mismo tiene un nicho electoral por explorar
tanto en lo que se ha dado en llamar el ‘voto musulmán’ como
entre los ceutíes ‘de centro’ que hoy votan al PP o no votan
y que están viendo un partido y un gobierno socialistas que
apuesta y se compromete sin complejos con esta ciudad”.
Aún sin ciertos prejuicios, el secretario general sí parece
mantener los recelos atávicos del PSOE de Ceuta hacia UDCE,
la ‘política musulmana’ y esas extrañas ofertas para sumarle
miles de militantes que autoproclamados representantes de la
comunidad presentaron en la sede de Daoiz mientras Palomo
estaba al frente de la misma y que se traden en lo que, la
última vez que pasó un periodista de EL PAÍS por Ceuta para
indagar en qué pasaba con la izquierda local y sus
vericuetos desde el PSOE se le presentó como lo que podría
ser, verse o interpretarse por la opinión pública como una
“OPA hostil” sobre el partido.
Más humanista que matemático, Carracao ha decidido dar el
primer paso y exponer un calendario para una hipotética
‘fusión’ cordial, con condiciones, a cuatro años vista.
|