Con el inicio del año, empieza
también un nuevo año político. Sus señorías, pasadas esas
mini vacaciones, volverán a sus escaños a tratar de arreglar
España, y para que nada nos falte, porque siempre será así,
eso no hay forma de que cambie en lo más mínimo, volverán
los dimes y diretes, de unos contra otros.
El Gobierno, como debe ser, seguirá manteniendo que las
medias que se han tomado para paliar la crisis económica que
venimos padeciendo son las más acertadas. Y la oposición,
que para eso es oposición, seguirá diciendo lo contrario.
Seguro estoy que la sabia de mi abuela, ante todo esto,
diría “Total lo mismo de siempre, unos por otros y la casa
sin barrer”.Oiga, que conste en acta, que eso es lo que
diría mi adorada viejita. Ya decía aquel que, por cierto, no
sé quién fue, “sabe más el diablo por viejo, que por
diablo”.
En lo único que estarán todos de acuerdo, y que contarán con
el apoyo del pueblo, es en acabar con la banda terrorista
ETA, cuyo último atentado ha sido contra los medios de
comunicación. Y es que, a la banda terrorista, no le
interesa para nada que exista la libertad de expresión.
Hemos de agradecer que no haya habido, en este acto
terrorista, contra los medios de comunicación, que lamentar
ninguna perdida de vida humana. Lo que pudo ser una
verdadera sangría se quedo sólo en grandes perdidas
materiales. Cosa que se puede reparar con dinero. Lo que no
tiene reparación, ni con todo el oro del mundo es la vida de
un inocente, cuya única culpa es ir a trabajar, cumpliendo
con su deber.
Por cierto que hay que felicitar a todos los compañeros, que
con aquellas ruinas y, por supuesto, el susto que se habían
llevado, volvieron a sus puestos de trabajo a seguir
cumpliendo con el sagrado deber de informar.
Oiga, no es por nada, pero hay que tener valor para después
de lo ocurrido, volviesen a sus puestos a seguir cumpliendo
con sus obligaciones. Por todo ello, desde aquí y desde ya,
nuestra más sincera felicitación a todos esos compañeros.
Dicen que en un juicio, para tomar una determinación, hay
que escuchar a las dos partes. Pues bien cuando se coja a
uno de estos asesinos, de criaturas inocentes, le metemos en
la cárcel hasta que vuelva el asesinado y le pueda contar al
juez su versión de los hechos. Con esas medidas no se
vulnerarían los derechos ni del asesino, ni del asesinado.
Porque me encantaría saber, de boca de todos esos tan
“buenos”, que tantos derechos humanos defienden, cuáles son
los derechos del asesinado. Quizás, un ataúd, una bandera
encima del ataúd y un aplauso cuando el féretro sea
transportado a hombre en su último adiós. Si eso son los
derechos del asesinado, apaga y vámonos.
La democracia tiene métodos más que suficientes para
derrotar, de una vez por todas, a la banda terrorista. Lo
único que hace falta, es que todos los demócratas se unan
para luchar contra ellos, con todo el poder que les da la
democracia, haciendo caer todo el peso de la ley sobre esa
banda de asesinos que no tiene razón de ser. Qué beneficio
les produce a estos asesinos, matar seres inocentes, simples
trabajadores, que cumplen con su obligación.
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