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sociedad - DOMINGO, 4 DE ENERO DE 2009


Vista de la barriada Príncipe Alfonso. M.Z.

REPORTAJE
 

Trabajar en el Príncipe Alfonso, ¿rutina o heroicidad?

Los trabajadores de Urbaser y Hadú-Almadraba se han quejado en algún
momento de la seguridad
 

CEUTA
Javier García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

A diario los trabajadores de Acemsa, la Empresa de Alumbrado Eléctrico, la de autobuses Hadú Almadraba o de Urbaser desempeñan su labor en la barriada del Príncipe Alfonso. El pasado martes el comité de empresa de éste última entidad suspendió la actividad de los operarios, tras la agresión a un trabajador, hasta que no se garantizase la seguridad. El presidente de la barriada, Laarbi Mohamed, lamentó la gravedad de este hecho si bien aseguró que con frecuencia “se criminaliza” a la barriada. Además considera que el mismo suceso en otra zona de la ciudad “no hubiese tenido la misma repercusión”.

La vida de la barriada del Príncipe Alfonso se ve salpicada, de vez en cuando, por titulares de prensa en los que casi siempre aparecen hechos negativos que han sucedido en la zona. Las últimas líneas que se escribieron en las páginas locales hacían referencia a la agresión que sufrió un trabajador de Urbaser el pasado martes presuntamente a manos de un hombre que había sido detenido en 19 ocasiones y que contaba con antecedentes policiales por violencia. Una persona que según fuentes vecinales ya está en libertad lo que ha despertado la indignación en la barriada. Palabras y expresiones como “hecho puntual” o “pagan justos por pecadores” se escucharon tras el suceso de boca de algunas de las partes afectadas. Sin embargo los representantes de los trabajadores suspendieron las actividades en la zona porque afirmaban que, aunque no tan graves, sí que habían sucedido en diferentes ocasiones otros sucesos en la barriada. Entonces, ¿es el Príncipe un lugar seguro para los trabajadores? Los representantes de los trabajadores en Acemsa, la empresa de Alumbrado, los autobuses Hadú Almadraba o la propia Urbaser tienen respuestas bien distintas. El presidente del comité de empresa de Urbaser, Rafael Castillo señala que en estos momentos, “hay una completa normalidad” en la barriada. Y es que tras la agresión los representantes sindicales decidieron suspender las actividades en dicha barriada hasta que no aumentasen las medidas de seguridad. Tras algo más de 24 horas de parón volvieron a trabajar en la zona después de que se acordase en una reunión con las diferentes partes afecatadas que la brigada cívica acompañaría a los operarios de Urbaser en la zona. Castillo apunta que desconoce si esta tranquilidad que se respira es fruto de estos ‘escoltas’, si bien defiende las medidas que se tomaron tras la última agresión “porque no se puede trabajar con temor y ya habían sido varias las cosas que habían sucedido”. Hechos como lanzamientos de piedras o robos a algún operario que se han dado en la barriada “y que normalmente no tenemos”, sostiene Castillo.

“Es una pena que gente que cumple sus obligaciones se vean implicadas en este tipo de asuntos aunque nosotros afortunadamente, no hemos tenido ningún problema”. Con estas palabras el presidente del comité de empresa de Acemsa, Manuel Luque, lamenta la agresión al trabajador de Urbaser pero sostiene que los operarios de la empresa no han sufrido ningún tipo de incidentes en la barriada. Luque señala que la actividad que desarrollan es similar a la de otras zonas de la ciudad “y al estar las 24 horas de servicio vamos al Príncipe casi diariamente”.

Una reflexión similar a la que lleva a cabo el delegado de Comisiones Obreras en la Empresa de Alumbrado Eléctrico de Ceuta, Manuel Ortega. Ortega asevera que los trabajadores de esta empresa tampoco han sido protagonistas de ningún incidente, “al revés, los vecinos nos ayudan muchas veces cuando por ejemplo necesitamos encontrar un domicilio”.

Además apunta que sólo cuando se va a cortar el suministro eléctrico van acompañados de agentes de policía “pero únicamente por prevención”.

Bajas laborales


El presidente del máximo órgano representativo de los trabajadores en la empresa Hadú Almadraba, José Molina, declara que los operarios de la entidad también trabajan en estos momentos sin incidentes. Sin embargo señala que es algo que sucede desde hace unas tres semanas, cuando se cambió el recorrido del autobús del Príncipe y aumentó la presencia policíal.

Y es que Molina asegura que antes de este periodo la situación era bien distinta. Las pedradas, los insultos y las amenazas eran algunos de los fantasmas que sobrevolaban sobre la cabeza de los conductores cuando iniciaban su turno. De echo asegura que algunos conductores “se han dado de baja para no trabajar en la línea”. Según el representante sindical el problema radica en los jóvenes ya que afirma que desde que comenzó el curso escolar se han repetido los incidentes en la línea, y tal y como señala “el 90 %” de los sucesos estaban protagonizados por escolares.

“Antes -continúa- los incidentes sucedían tras las vacaciones de Semana Santa, sin embargo este año han comenzado al principio del curso”. Con este precedente Molina confiesa que tiene la mirada puesta en la vuelta al colegio de los alumnos, aunque confía en que no haya problemas “y que los niños se mentalicen de que el servicio les beneficia”. A pesar de ello para Molina en la barriada “pagan justos por pecadores” porque por contra asegura que si los conductores están seguros de algo al comenzar su jornada laboral “es que en la línea no les va a faltar dinero ya que todo el mundo que sube paga”.

Barriada “tercermundista”


‘De aquellos polvos vienen estos lodos’. Este es el refrán que resume una parte de la conversación con el presidente de la barriada del Príncipe Alfonso, Laarbi Mohamed. Y es que el representante vecinal asegura que las diferentes administraciones tanto locales como nacionales son las responsables de que la barriada se encuentre en una situación “de abandono” ya que considera que durante años, mientras se construían las viviendas, “han mirado para otro lado”.

“Ha crecido desordenadamente y la circulación es caótica, la barriada está sobredimensionada, algunas veces los vehículos de emergencia tardan una eternidad, seguimos viviendo en casas ilegales, hay barreras arquitectónicas, no tenemos zonas de ocio, ni pistas deportivas, ni equipamientos, no tenemos nada”, resume. A la hora de buscar culpables echa la vista sobre todo en las administraciones socialistas, aunque asegura que con los gobiernos locales del PP “a duras penas se ha mejorado la situación”. En su discurso Mohamed lamenta la agresión al trabajador de Urbaser “que le podía haber costado la vida y es verdad que tenemos muchas cosas, pero a veces se criminalizan los hechos y si son en el Príncipe se les da más bombo”. Algo que a su juicio también ocurre cuando los afectados son de fuera de la barriada “pero también los vecinos del Príncipe sufren agresiones y no se trata igual el asunto. Hay que ser más serio”, zanja.

Además considera que el mismo suceso en otra barriada “no hubiese tenido la misma repercusión”, de ahí que afirme . A pesar de ello reconoce que a veces sí han sucedido hechos graves de los que incluso confiesa que ha sido testigo como el apedreamiento a un camión de bomberos “pero no es algo frecuente y muchas veces se exageran”. Por todo ello Mohamed asegura que muchos de los vecinos “se sienten abandonados porque lo que ocurre aquí no sucede en ninguna otra parte”. Mohamed califica la situación como “tercermundista” y asegura: “me da tristeza vivir en estas condiciones”.
 


“En el Príncipe todo el mundo paga. Nadie se escaquea como en cambio sí sucede en otras líneas”

El presidente del comité de empresa de los autobuses Hadú Almadraba, José Molina, sostiene que los incidentes que han sucedido en la línea del príncipe son “violencia por violencia”. El representante de los trabajadores echa la vista atrás y recuerda cómo era la línea hace apenas unas semanas cuando cuando se daban casos de algunos conductores “que se han dado de baja para no hacer la línea porque al empezar el turno no sabías lo que te iba a tocar”. Y es que Molina sostiene que al principio de curso comenzaron a ser frecuentes los problemas. “Pedradas, insultos, amenazas... la línea era conflictiva”, argumenta. Molina además señala que con el cambio de trazado que se produjo hace unas tres semanas “la gente está contenta y trabaja más relajada”. Problemas de seguridad por un lado que se contraponen a otros hechos bien distintos. Y es que asegura que en el Príncipe “todo el mundo paga, al contrario de lo que sucede en otras líneas en las que algunos intentan escaquearse”. De ahí que afirme que con los incidentes violentos que se han producido “pagan justos por pecadores”.
 

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