Es la noticia más festiva que
podemos analizar al entrar ya en el 2009, porque no es
normal que esa noche de fiesta, alegría y unas copas, casi
siempre de más, se pueda cerrar diciendo que no ocurrió
nada, fuera de la normalidad.
Es cierto que la bebida, algo que cada día parece que se va
imponiendo un poco más, no faltó y que ocasionó las únicas
intervenciones extras, a lo largo de la noche.
Yo no sé si tendríamos que hablar aquí de una buena noticia,
por la carencia de incidentes, o si realmente esta es la
noticia de la Nochevieja.
Ceuta, que no siempre aparece en sus informativos, por cosas
normales y corrientes que no merezcan matizaciones a parte,
en esta ocasión proporciona la primera buena noticia del
recién entrado 2009, al no haberse apuntado en ella
incidentes de ninguna consideración.
Hay que resaltar, pues, el civismo de verdad demostrado por
los ceutíes y por quienes pasaron el fin de Año en nuestra
ciudad. Y esto no es fácil lograrlo en una noche en la que
lo verdaderamente noticiable es esto:” La ausencia de
incidentes”.
Lo que no suele faltar en estas fiestas y en noches como la
del 31 de diciembre, es que alguien tome una copa extra e
incluso más de una, en algunos casos. Evitar esto sería
rizar el rizo más de lo normal, y a tanto no queremos ni,
por supuesto, vamos a poder llegar.
En todo este buen “rollo” hay que anotar la presencia
policial, mientras los demás estaban de fiesta, ella se
mantenía cumpliendo con su auténtico deber. Esta policía, en
su sitio, hizo que los vehículos que circulaban, pudieran
circular con normalidad, como es debido y sin molestar a los
demás.
Debemos resaltar que las únicas intervenciones para atender
anomalías fueron únicamente para las intoxicaciones
etílicas, expresión muy de moda hoy, sencilla y bonita que
ha ido supliendo poco a poco a la simple borrachera, y que,
por otra parte, es algo que se da siempre que hay una
celebración especial y celebración más especial que esta no
la encontramos a lo largo del año, ni en Ceuta, ni en
Madrid, ni en Sevilla, ni siquiera en mi pueblo.
Obviamente, esta normalidad trajo también algo más,
provechoso, para la Ciudad como es la ausencia de deterioro
en el mobiliario urbano, lo que indica que, por una vez y ¡ojalá
siga así!, los actos vandálicos, tan frecuentes en muchas
otras ocasiones, y no sólo en Ceuta, sino en todas las
partes donde hay festejos de este tipo, aquí no existieron.
Lo hemos dicho y hay que resaltarlo, un amplio despliegue
policial, así como un extraordinario comportamiento por
parte de los qu estaban de fiesta, evitaron las peleas en
lugares de reunión, en los sitios de copas, con lo que no
hubo que recurrir, tampoco, a los consiguientes desalojos.
¿Qué significa todo esto? Sencillamente que el personal que
sale, quiere salir a divertirse, a pasarlo bien y que, por
consiguiente, no quiere esos otros problemas que acarrean
los comportamientos fuera de la normalidad.
He dejado para el final a los profesionales del taxi que,
también, en una noche que llama más a estar en casa o a
salir de juerga, estuvieron en su trabajo con lo que su
colaboración hizo mucho más llevadera una noche que puede
acarrear conflictos.
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