Gabriel va cada mañana a las 10.00 a su casa. Duerme con dos
críos y otras siete personas en casa de su madre, un lugar
en donde conviven 10 personas. “No es el mejor sitio, pero
ya ves cómo está esto”. Pues ésto, el dormitorio del Primero
Derecha de los apartamentos Cantabria, está invadido por un
terraplén de cascotes de tierra. Dicen sus vecinos que el
cuarto de Gabriel se va a convertir en la habitación más
visitada de Ceuta. Las piedras destrozaron la ventana de su
cuarto el 28 de diciembre. En las primeras fotos se
apreciaba el esqueleto de la cama, pero ahora tiene apilado
los muebles más pesados en el salón, recubiertos con una
lona de plástico. El agua se ha colado por los resquicios de
esta vivienda, como si fuera un submarino.
Quien visite a Gabriel o a alguno de sus vecinos debe tener
presente que el calzado impermeable es de las pocas cosas
que no debe olvidar. Las lluvias han convertido la escalera
en una pequeña catarata artificial. El estómago de las
escaleras no para de gotear y así, la vida se va a convertir
en algo pesado. Ahora, la novedad permite a Gabriel y a sus
dos vecinos del Primero Izquierda, Manolo y Chari, reirse
del “feliz año 2009”, pero la rutina irá minando lo que
ahora parece una broma. Por las tardes, Gabriel vuelve a su
casa para retirar más enseres; ya ha optado por llevárselo
todo y tiene la casa patas arriba. Siempre deja abierta las
ventanas, para que el agua del piso se evapore. Chari, en el
Primero Izquierda, se afana por escurrir todo lo que puede.
Hay toallas en el suelo y el cubo de la fregona ha cogido el
tono marrón del fango. El Primero I no sufrió la invasión de
la tierra, pero sí se vio perjudicado, incluso más a la
postre que el de Gabriel. Por el Primero I se filtra el agua
con más ímpetu, gracias a las grietas que tiene la pared. El
dueño del inmueble, cántabro, no va a poder desplazarse a
Ceuta por el momento por motivos de salud, pero desde Ceuta
la gestoría Albert tramita a los inquilinos una solución
provisional. “Dicen que nos van a proporcionar otra vivienda
en alquiler, que ellos pondrán la fianza y nosotros la
mensualidad, pero ahora está más difícil de la cuenta
encontrar algo que nos satisfaga”, explica Gabriel.
Por el momento, cada uno se busca la vida. Néstor, su mujer
y sus hijos continúan en el ático, porque se ha salvado de
milagro. Pero la vida sin vecinos será más triste, sobre
todo, porque forman una familia.
|