Cambio de siglo y cambio de ciclo.
Sí, “Todo cambia y nada permanece” y 2009, en el que
empezamos a adentrarnos, bien pudiera ser definido como ”El
año en el que viviremos peligrosamente”. ¡A saber que nos
deparan los hados!.
¿Crisis, recesión…?. En ella estamos instalados hace tiempo,
si bien en España (o en el territorio que todavía se llama
así) adquiere, dado el carácter fundamentalmente
especulativo de nuestro crecimiento, preocupantes rasgos
propios acentuados políticamente por el disparatado Estado
de las Autonomías, inviable ya a corto plazo aunque el
máximo garante del tinglado, el Gran Borbón, calle la boca y
mira hacia otro lado más preocupado por sus negocietes y
personal supervivencia que por la integridad del coronado
país. Otro paralelismo con nuestros vecinos del sur, pues en
ambos Estados y por diferentes circunstancias sus regímenes
se encaminan hacia un futuro en el que el actual titular de
la Monarquía será el último rey. No me malinterprete el
lector, pues solamente levanto acta y ni quito ni pongo:
expongo. Si quieren, como Bertrand Duguesclin, “ayudo a mi
Señor”. En el plano internacional, según señala Henry
Kissinger, nuestro aliado los Estados Unidos verá mermado su
poderío, aunque seguirá siendo en el futuro inmediato una
gran potencia, si bien el unilateralismo rampante tras la
Caída del Muro está ya echando malvas. Nuevas potencias
emergentes se aprestan a luchar por el “mallot amarillo”,
entre las que cabría destacar a una renovada Rusia (a la que
habría que integrar en la órbita Europea) y una emergente
China, que ya ha dado un pasito adelante, María,
desembarcando con su Armada en el Índico. ¿Armagedón en
Oriente Medio…?. No diría que no. Detrás de lo que está
ocurriendo estos días en la Franja de Gaza, como antes en el
Líbano, se encuentra la política agresiva y milenarista de
la República Islámica de Irán, cuyos dirigentes con el
neonazi Ahmadinejad a la cabeza hacen la guerra no declarada
a través de sus brazos armados, las organizaciones
terroristas Hizbulá y Hamás; esta última, después de romper
unilateralmente la tregua y utilizando obscenamente a la
población palestina como rehén o escudo humano no ha dejado
de provocar a Israel hasta no dejarle más opción que el
bombardeo selectivo (con las inevitables y dolorosas
secuelas de efectos colaterales en la población civil) de
objetivos de Hamás: cuarteles, arsenales, centros
administrativos, túneles de avituallamiento… Y mientras, los
islamofascistas de Teherán corriendo sin pausa tras el
armamento atómico.
¿Ceuta, ciudad querida…?. No se calienten la cabeza: las
piedras del viejo altar (¿romano?) de la Mujer Muerta
seguirán ahí, azotadas por el viento como desde hace al
menos dos milenios, el Peñón seguirá erguido, divisándose en
lontananza y las agitadas aguas del Estrecho (esa calle del
agua que, pese a la retórica, divide dos continentes)
seguirán bañando, ora pausadas y rítmicas, ora nerviosas e
iracundas, la costa. La vida es apenas más que un sueño y,
en un suspiro, concluiremos nuestro breve viaje en el tiempo
ligeros de equipaje, volviendo al omnipresente Infinito. La
vida es un fandango y la muerte un pasodoble; de la tierra
venimos y a la tierra volvemos. Que les vaya bonito. Avec le
coeur.
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