La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide, según informó el
miércoles el diario EL PAÍS, una condena de 9 años de
prisión por un presunto delito de pertenencia a banda armada
para el ceutí Tarek Hamed Hamu, que fue detenido el 15 de
junio de 2005 en la prisión de Botafuego y al que se acusa
de formar parte de la red Tigris de captación y envío a Irak
y Afganistán de suicidas.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide en sus
conclusiones nueve años de cárcel para el ceutí Tarek Hamed
Hamu por pertenencia a banda armada. Con treinta años, Hamed
Hamu fue detenido el 15 de junio de 2005 en la prisión de
Botafuego, donde permanecía en prisión preventivo tras su
detención por la UDYCO el 2 de abril de ese mismo año en la
ciudad autónoma en una operación contra el tráfico de
estupefacientes. La Policía le acusó de facilitar documentos
falsificados a los terroristas suicidas que la red Tigris
enviaba a Irak o Afganistán para inmolarse. Su hermano,
Latif Hamed Hamu, también fue detenido como sospechoso de
militar también en la organización terrorista marroquí
Salafia Jihadia, a la que supuestamente también estaban
ligados los arrestados en diciembre de 2006 en el Príncipe
en el marco de la denominada ‘Operación Duna’.
Tarek Hamed Hamu nació en Ceuta el 24 de diciembre de 1978 y
la policía encontró en su casa de la barriada de Príncipe
Alfonso, en abril de 2005, una pistola Star calibre 6,35 y
215 cartuchos, además de un libro titulado Provocación,
Agitación e inducción a los infieles de Dios a la conquista
de la Yihad. Supuestamente cuando fue arrestado el ceutí ya
había realizado, aparentemente, los rituales previos a la
realización de una acción de tipo suicida a favor del Yihad.
Su hermano Latif, nacido también en la ciudad autónoma el 1
de agosto de 1981, también fue detenido bajo la acusación de
colaborar con la red islamista en las mismas actividades que
su hermano, aunque la Fiscalía no pide ninguna condena para
él.
Las investigaciones que dieron lugar a la ‘Operación Trigris’
se iniciaron en marzo de 2004 y permitieron conocer la
implantación en diferentes ciudades españolas de una serie
de musulmanes radicalizados que constituían una red
islamista de apoyo a la causa iraquí, de ideología yihadista,
con conexiones en diferentes países de Oriente Próximo,
Magreb y Reino Unido.
El núcleo central de la organización se encontraba en Siria
desde donde operaban los dos principales reclutadores y
financiadores de las actividades de la red islamista: Muhsin
Kaybar, alias ‘Abdelmajid Al Libi’ o ‘Abdelmajid Al Yasser’,
y Abdel Hay Assas, alias ‘Abdalla’. Estas dos personas
centralizaban en Siria todas las comunicaciones, vía
Internet, con el resto de los operativos en diferentes
países, entre ellos España. Ambos fueron detenidos en mayo
de 2004 por las autoridades sirias y posteriormente
entregados a su país de origen, Marruecos.
Según informó en su edición del pasado miércoles el diario
EL PAÍS la red tenía varios hombres en Ceuta que, según el
escrito de la fiscalía, se financiaban mediante la
delincuencia común, y “disponían de capacidad operativa para
cometer acciones terroristas y tenían la intención de
llevarlas a cabo”.
Cuatro grupos
Prácticamente la totalidad de los individuos detenidos
ejercían actividades de delincuencia común, como el tráfico
de estupefacientes, falsificación documental, robos con
violencia e intimidación, etc, a través de las cuales
obtenían los fondos necesarios para el mantenimiento de las
actividades de la red islamista. Otros integrantes de la
organización desmantelada hacían llegar los fondos
obtenidos, por diferentes medios (transferencias, correos
personales, etc), a sus países de origen.
La red Tigris se articulaba en cuatro grupos perfectamente
definidos en Madrid, Barcelona, Valencia y Ceuta, además de
un grupo mixto con miembros de Madrid y Barcelona en torno
la la figura de Mohamed Larbi Ben Sellam, para quien la
Fiscalía pidió 27 años de cárcel en el juicio que se celebró
en la Audiencia Nacional por los atentados en Madrid del 11
de marzo de 2004. Ahora se le procesará por hechos
posteriores a la masacre.
|
La fortaleza Al Kalaa
En España, la conocida como red
Tigris tenía su centro neurálgi co en la denominada
Fortaleza de los Guerreros Al Kalaa, una vivienda sita en el
número 20 de la calle de San Francisco, en la localidad de
Santa Coloma de Gramanet (Barcelona). Diferentes miembros de
la red la han habitado, aunque sus huéspedes han ido
variando a medida que otros se desplazaban a Siria,
Afganistán e Irak. Allí se captaba, adoctrinaba y preparaba
a los yihadistas para la comisión de acciones terroristas y
desde allí se daba apoyo logístico también a quienes,
habiendo cometido ya acciones terroristas, pretendían
continuar con esa actividad en Irak.Esta base logística
prestó apoyo a varios terroristas implicados en los
atentados del 11-M que no llegaron a ser detenidos. Por Al
Kalaa pasaron, entre otros, Larbi Ben Sellam, Mohamed Afalah,
Othman el Mouhib, Daoud Ouhnane y Abdelilah Hriz, condenado
recientemente en Marruecos a la pena de 20 años de prisión.
|