La primera consecuencia del trabajo de los maestros de
biblioteca es el cambio radical experimentado por esta
instalación en los centros. “Han dejado de ser el lugar de
los castigado”, recalcó María José Pérez, coordinadora de
los maestros de bibliotecas. Desde hace cinco años 16
maestros tienen en las bibliotecas de los colegios sus
centros de trabajo durante cuatro horas. Una media jornada
que “se nos hace muy corta para tanto trabajo”, afirman. La
función de estos es “adentrarles en el mundo de los libros,
pero de una manera más divertida”. No es sólo leer sino
mucho más. Se montan teatrillos de guiñoles, cuentacuentos,
etc.
Pregunta.- ¿Cuántos años hace que existe la figura de los
maestros de biblioteca adscritos al convenio MEPSYD- Ciudad
en los colegios?
Respuesta.- Acabamos de cumplir el quinto año trabajando en
los centros como maestros de biblioteca. Empezamos sin saber
muy bien qué tareas ibamos a desarrollar. Era una figura
nueva que no existía en los centros. Poco a poco fuimos
creando el puesto. No sólo era etiquetar, catalogar,
expurgar, y es que ya que éramos maestros y maestras
fomentamos la animación a la lectura como profesores. No
sólo crear una afición.
P.- ¿Puede decirse que vuestra labor es para los niños
como una asignatura más?
R.- No tanto. No puede compararse por que nuestro trabajo
con los niños no resulta en algo evaluable. Nuestra función
es adentrarles en el mundo de los libros de una manera mucho
más divertida. Cuando nosotros llegamos las bibliotecas
escolares eran el sitio de los castigados. Los profesores
mandaban a los que se portaban mal en el recreo allí. Así,
lo que tuvimos que hacer era quitarles a los niños esa idea
de la cabeza. Reformular la idea de lo que es una
biblioteca. Hacerla un sitio luminoso, con mucho color y
libros nuevos. Eso ha costado pero se ha conseguido. Los
niños están encantados. No sólo se trata de leer libros,
también hay teatrillos de guiñol, cuentacuentos divertidos.
Avanzamos con ayuda de los propios niños.
P.- ¿Estáis presentes en todos los colegios?
R.- Desde el primer año estamos presentes en todos los
colegios públicos de infantil y primaria de Ceuta.
Inicialmente contábamos con 17 personas dentro de este
colectivo aunque ahora somos 16. Hay quienes tienen que
cubrir hasta dos y tres centros. No hay más personal. La
bolsa se acabó y no ha llegado más gente. Eso ha obligado a
que algunos maestros hayan tenido que compartir centro.
P.- ¿Cómo ha sido la evolución experimentada por las
funciones que habéis venido desempeñando?
R.- Nosotros estamos contratados a media jornada en turno
extraescolar, esto es, por la tarde. Cuatro horas. Estamos
de apoyo para los niños que visitan la instalación por la
tarde, les ayudamos con los ordenadores e internet.
Inicialmente atendíamos bien sus inquietudes en ese tiempo.
Luego las necesidades fueron aumentando y las horas se nos
hacen pocas. La biblioteca se ha ido convirtiendo en un
centro de recursos de donde parten muchísimas actividades.
Ya no es sólo animar a la lectura. Los propios tutores
cuentan con nosotros y nos consultan. Preparan las clases
con los recursos que tienen las propias bibliotecas.
P.- Habida cuenta del bajo índice lector de España en
comparación con el resto de la Unión Europea ¿el aumento de
los niveles de lectura en adultos empieza por el fomento del
consumo de libros en edades tempranas?
R.- La casa, lógicamente, hay que empezarla por los
cimientos y en el colegio pasa igual. Tenemos que empezar
con los más pequeñitos que son los niños de infantil. El
objetivo es que vean en los libros un amigo, un lugar de
evasión y de conocimiento. Las aventuras que vienen en los
libros además de leerlas hay que hacerlas divertidas.
P.- ¿Están bien equipadas, por lo general, las
bibliotecas de los centros escolares ceutíes?
R.- Podemos estar orgullosos por el estado de las
bibliotecas de nuestros centros. La renovación y
actualización del material es casi constante. Han llegado
cuentos desplegables, colecciones como las de Harry Potter y
hasta los teatros de papel (Kamichibay). No estamos
desfasados. Las bibliotecas cuentan con todo lo último.
P.- ¿Cuáles son los objetivos de futuro de los maestros
de biblioteca?
R.- Seguir trabajando más y mejor por nuestros niños. La
idea es continuar perfilando las tareas y funciones que
tiene este colectivo adscrito al convenio MEPSYD- Ciudad.
Después de cinco años de trabajo un poco de nuestras almas
está en las bibliotecas de los centros. Ahora mismo en los
colegios de infantil y primaria hemos logrado que el 60% de
los estudiantes haga un uso frecuente de la biblioteca. El
objetivo, claro está, es llegar al cien por cien. Una de
nuestras recompensas es saber lo que hacemos por los niños.
Es muy gratificante ver sus caras cuando se les narra alguna
de las historias que contienen los libros de la biblioteca.
P.- ¿Hay interferencia o conflicto con los bibliotecarios
de los propios centros?
R.- No. Los colegios tienen la figura del bibliotecario que
normalmente son profesores que a tiempo parcial tienen horas
asignadas en la instalación. Ellos te ayudan en lo que haga
falta, tanto en la catalogación, la expedición de carnets o
aportando ideas. La diferencia es que nosotros, el tiempo
que estamos, es con la biblioteca como única misión mientras
que ellos tienen la tarea de impartir docencia y de estar en
la biblioteca. Nosotros además tenemos una relación más
cercana con los niños por ser más duradera. El rol principal
lo llevamos nosotros. Eso no quita para que cada uno tenga
su responsabilidad propia y sus funciones.
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