La Unión Federal de Policía (UFP) de Melilla denunció ayer
públicamente la agresión sufrida por los policías que
custodian la frontera con Marruecos por parte de un grupo de
marroquíes que empujaron a un subinspector y a continuación
lanzaron botellas de cristal y piedras contra los agentes,
lo que obligó a las fuerzas de seguridad a cerrar la verja
de entrada y realizar dos disparos al aire. Según manifestó
su secretario general, Cristóbal Olivella, los hechos
ocurrieron a las 14.30 h. del día 23 cuando la policía
española pretendió facilitar la entrada a Melilla de una
ambulancia marroquí y un individuo se interpuso en su camino
para evitarlo.
El dirigente de UFP subrayó que su sindicato "se ve en el
deber y la obligación sindical y moral hacia sus afiliados
en denunciar públicamente, una vez más, los incidentes que
se están produciendo a diario en el paso fronterizo de Beni-Enzar,
sin que las autoridades españolas y marroquíes tomen las
decisiones y medidas pertinentes para evitar otra posible
desgracia, que tengamos que volver a lamentar".
Según explicó Olivella, a las 14,30 horas del día 23 de
diciembre, una ambulancia marroquí en servicio de urgencia
se dirigía hacia el puesto fronterizo de Beni-Enzar desde la
zona internacional y procedente de Marruecos, "a la que se
le franqueó el paso por el carril de salida, gesto
humanitario y de buena vecindad que realiza habitualmente la
policía española para evitar demorar lo más mínimo su
entrada en la ciudad si existen retenciones, con la
finalidad de que el enfermo pueda ser atendido lo más
urgentemente posible, ya que puede peligrar la vida del
mismo".
El secretario general de UFP indicó que la citada ambulancia
fue interceptada y retenida por un individuo marroquí, "de
sobra conocido por la policía Española y la de Marruecos, ya
que habitualmente, junto a otros individuos, suele
intervenir provocando cortes de trafico y lanzamientos de
objetos contra los funcionarios españoles en la frontera".
Cristóbal Olivella señaló directamente a un individuo
llamado L.M. "conocido también por estar imputado por el
intento de linchamiento en territorio marroquí del Jefe
Superior de Policía, Jefe de Fronteras y demás autoridades
que le acompañaban en su día". De igual modo, apuntó que se
trata del mismo individuo que "golpeaba este verano a un
ciudadano español en la misma puerta de la frontera
española, junto con otros marroquíes, incidente en el que
tuvo que intervenir un policía español, para rescatar al
ciudadano melillense de las garras de estos desalmados y
evitar así su linchamiento". El Subinspector de servicio
tuvo que intervenir para que el personaje en cuestión
permitiera el paso del vehículo sanitario, pero se encontró
con la agresividad de L.M. Según cuenta el máximo
responsable de UFP el mando policial "en un acto que le
honra por su humanidad y profesionalidad, al ver que este
individuo se negaba a apartarse y franquear el paso de la
ambulancia en servicio de urgencia y que se oponía a seguir
las indicaciones que le daba la policía española, intervino
apartando al citado marroquí, encontrándose este último a
escasos metros de la puerta de acceso a territorio español,
zona reconocida Internacionalmente como zona neutral o
tierra de nadie". Sin embargo, la reacción del citado L.M.
"fue -asegura Olivella- empujar al subinspector y
dirigiéndose rápidamente hacia un lateral, coger una botella
de cristal y lanzarla contra los policías actuantes, momento
en el que se le unieron otros individuos marroquíes con la
misma actitud agresiva". El representante sindical en el
Cuerpo Nacional de Policía comentó que ante este hecho, los
policías retrocedieron, al objeto de no ser alcanzados, y
una vez logrado el paso de la ambulancia "se vieron
obligados a cerrar, por un breve espacio de tiempo, la
puerta de salida para evitar los impactos de los
lanzamientos de todo tipo de objetos contundentes, que por
suerte esta vez, sólo impactaron contra las puertas".
Asimismo, añadió que "en evitación de males mayores el
Subinspector de servicio, en aras de normalizar y controlar
la situación, dio orden al Jefe de Equipo de la U.I.P. de
disparar dos salvas de fogueo, para disuadir al resto de
personas, que ya armados con botellas y piedras e inducidas
por el ciudadano marroquí, continuaban lanzando dichos
objetos". En este sentido aseveró que "L.M., al escuchar el
sonido producido por las citadas salvas, salió corriendo,
siguiéndole el resto de personas allí presentes, cesando así
los incidentes".
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