Hoy inician el año los musulmanes de todo el mundo, más de
1.400 millones de personas que abrazan el Islam y que en la
ciudad autónoma, según los datos ofrecidos por la Comunidad
Islámica de Ceuta, superan la cifra de 30.000.
Este nuevo año, El Hijra 1430, según el calendario lunar
islámico que tiene once o doce días de diferencia con
respecto al del año solar, marca el comienzo del muharram,
el primer mes musulmán, y varía en el calendario gregoriano.
Esta fecha, además, marca el primer día del año 1430, y
conmemora la salida del profeta Sidna Mohammad de la ciudad
santa de la Meca a la ciudad sagrada de Medina, lugar donde
falleció este a principios del año once a finales del mes
Safar lunar siendo enterrado en la Gran Mezquita de Madina
al Monawara (Arabia Saudí).
“En nuestra religión nos viene encomendado el valor de la
solidaridad hacia los inmigrantes porque el profeta emigró
de la Meca a la Medina y allí fue donde comenzó el
calendario lunar, El Hejira, de la inmigración”, concretaba
Abselam Hamadi, presidente de a Comunidad Islámica Albujari.
Hoy los musulmanes de todo el mundo inician una etapa de
nuevos propósitos, lo mismo que harán los cristianos mañana.
El pasado año la entrada de este mes, según el calendario
lunar, se produjo el 10 de enero y es que el desfase entre
los ciclos del sol y la luna oscila entre los once o doce
días. Esta es, año tras año, la variación existente entre la
celebración cristiana (calendario gregoriano) y el ano nuevo
musulmán (calendario lunar).
El calendario hegiriano es el calendario oficial del mundo
islámico, establecido por el califa Umar ibn Aljattab,
conviniendo que la era musulmana comenzó el 16 de julio de
622, año en el que Mahoma se trasladó a Medina.
Está fundado sobre un ciclo de 12 meses lunares y su
duración alterna entre 29 y 30 días, para formar un año de
354 ó 355 días. Los meses islámicos están designados por su
nombre árabe según el orden siguiente: Muharram, Sáfar, Rabi
‘al-Aw wal, Rabi ‘ath-Thani, Yumada l-Üla, Yumada l-Akhira,
Rayab, Sha ‘ban, Ramadan, Sahwwal, Du l´Qa’da, y Du l-Hiyya.
Tanto para unas religiones como para otras, estos son días
de paz, felicidad, armonía y convivencia. Claro que también
el presidente de la Comunidad Islámica de Ceuta, Ahmed
Hachmi Lamrani quiso mantener la advertencia sobre los
jóvenes “para que respeten al máximo las demás culturas”
insistiendo en que estos “deben dar un buen ejemplo de
convivencia que Dios recompensa a todos”.
Interpretado al castellano, la Hégira indica el traslado de
Mahoma y la primera comunidad musulmana de la Meca a Medina,
ocurrida en el año 622 de la era común.
Dicho evento perfila en el mundo islámico el año primero; en
él, las familias se reúnen para celebrarlo discretamente
pero, en realidad, no supone un cambio trascendental en el
quehacer cotidiano como en la pasada fiesta de El Kebir o
matanza del cordero, que se traduce como la pascua
musulmana.
“Solemos llevar regalos a nuestros familiares y normalmente
se felicita el año en todos los hogares pero no se realizan
grandes festividades como se hace en el mundo occidental, es
más discreto y se fomentan los encuentros sociales”,
explicaba Abselam Hamadi, presidente de la Comunidad
Islámica Albujari.
Aunque no tiene carácter religioso, muchos musulmanes
aprovechan la fecha para recordar la vida del profeta Mahoma
y la Hégira o emigración que él hizo a la ciudad que hoy se
conoce como Medina. Y otro nexo de unión con la religión
cristiana sería la referencia gastronómica en la tradicional
cena de Nochevieja, celebrada durante la noche de ayer en
los hogares musulmanes.
“Nos reunimos en familia y preparamos productos típicos;
unos nos inclinamos hacia el pollo, otros por la pierna de
cordero al horno, y todo ello acompañado de dulces, té, o un
largo etcétera”, contaba Hamadi.
Las doce campanadas acompañadas por las míticas uvas
navideñas no fueron protagonistas, ni siquiera aparecieron
en la entrada del nuevo año islámico.
Sin embargo, “la mayoría suele probarlas en la celebración
cristiana ya que el Año Nuevo al estilo occidental se
celebra en todo Marruecos. Muchos europeos viajan para
celebrar el fin de año en hoteles, por ejemplo, de Marrakesh,
y suelen estar llenos”, especificaba el presidente de
Albujari.
Las creencias, los dioses, la fe y valores como la
convivencia y la armonía son universales a todas las
religiones. E incluso se podría llegar a decir que en muchas
festividades comparten rasgos comunes que las globalizan.
“Es curioso que en casi toda la historia del Islam, donde ha
estado el profeta, siempre tiene trazos con la religión
cristiana, considerada como religión hermana. En el Corán es
muy significativo porque siempre habla del cristianismo en
positivo aunque claro existen matices y divergencias que
siempre se respetan”, apostillaba Hamadi.
A diferencia del Cristianismo, el Islam ha hecho uso de los
sistemas lunar y solar para medir el tiempo. Así, el solar
se usa para las cinco oraciones diarias, o para el comienzo
y final del ayuno; mientras que el lunar sirve para la
determinación del mes de ayuno o del tiempo de peregrinación
a la Meca y otras fiestas.
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