Las fuertes lluvias y los vientos del temporal de la jornada
de ayer provocaron el derrumbe de un muro sobre el edificio
Cantabria, ubicado en la carretera del Monte Hacho. Los
bajos del bloque quedaron totalmente atrapados por el
roquedo e inundado por las goteras, a raíz del agua que
desciende del monte y las precipitaciones registradas.
Afortunadamente, no hubo heridos pero tres inquilinos de los
bajos tuvieron que ser desalojados según recomendó el
director general de Urbanismo, Francisco Navas, quién además
advirtió de que no había peligro de derrumbe aunque “habrá
que esperar el examen del arquitecto”.
Sobre las seis de la tarde, los inquilinos del edificio
Cantabria, ubicado en la carretera del Monte Hacho,
disfrutaban de una sesión de cine y tranquilidad, lo
recomendado para un oscuro día de temporal.
Unos minutos más tarde, el temblor del bloque de pisos y un
fuerte ruido de alarma daban parte de un destrozo que les
acechaba en la parte trasera. En menos de veinte minutos, la
mitad de los bajos quedaban enterrados por la escalera que
descendía sobre un muro provocando la ruptura de las paredes
y la inundación del edificio a través de goteras, ya que el
agua que recorre el Hacho sumada a las fuertes lluvias se
personaron en las viviendas, todas de alquiler.
Afortunadamente, los inquilinos no sufrieron heridas y no
hubo ningún peligro salvo que los vecinos de los bajos
tuvieron que ser desalojados. Casi una hora después, se
personaron en las inmediaciones el cuerpo de Bomberos y
agentes de la Policía Local. Y casi dos horas más tarde
acudió el director general de Urbanismo, Francisco Navas
quién advirtió que “no hay peligro de derrumbe, lo que ha
ocurrido se ha producido por el arrastre del agua y la
tierra y habrá que esperar el examen del arquitecto durante
la mañana”. A pesar de la alarma causada por el destrozo de
sus dormitorios y viendo acorralado el edificio por el
roquedo, los inquilinos no dudaron en hacer bromas sobre la
inocentada y la mala pasada que les jugó el temporal.
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