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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Un discurso a tono con la realidad


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Se esperaba con cierto interés el discurso de SM el Rey Juan Carlos en la Noche Buena, y creo que sus asesores dieron en la diana, con los temas que abordó el Monarca, en unas Navidades que están muy lejos de los años anteriores en los que el triunfalismo era el fondo y la forma de lo que se vivía.

Aquí, en el discurso de esta Noche Buena, la palabra que hace meses parecía tabú en las perspectivas del Gobierno de la Nación, Crisis, salió en repetidas ocasiones, pero con el tacto por parte de quienes elaboraron el discurso de que ese término hiriera lo menos posible y fuera acompañado de otros en los que se exalta la categoría y la posibilidad que los hombres y mujeres de este país tienen para saber salir de los momentos más complicados.

Junto a la crisis, también en repetidas ocasiones, apareció el término “unidad”, palabra muy necesitada hoy y que sólo ciertos sectores han rechazado, por aquello de que esa unidad, creen ellos que rompe los privilegios que aspiran a tener, sin contar para nada con las dificultades que hay en otros.

Y como ha sido un año en el que la unidad y el apoyo en equipo, han traído un buen resultado deportivo, con el triunfo de España en la Eurocopa de Naciones, el Monarca utilizó aquel slogan del éxito “Juntos podremos vencer”, naturalmente aquí añadía “problemas y dificultades”.

Estos problemas y dificultades lo son mucho más para aquellos que hoy, bien entrados en el siglo XXI carecen de casi todo y muy especialmente de una actividad que les permita desempeñar su propia personalidad y al mismo tiempo desenvolverse en la sociedad, sin tener que recurrir a nadie:” Me preocupan las personas en paro y tantos jóvenes que no encuentran trabajo”.

En el 30 aniversario de la Constitución, con la que hemos venido caminando, con más dulzura que sinsabores , no podía faltar la alusión a la Carta Magna, símbolo de esa unidad y concordia que se desea por parte de quienes aspiran a eso, a la tranquilidad y a la sana convivencia:” Las reglas, valores y principios de la Constitución son hoy nuestra principal fuente de fortaleza como nación moderna, unida, solidaria y diversa”.

Era el cierre esperado y lógico, en un discurso que no ha ocultado la realidad de un país, que ha ido de frente a lo que hoy nos afecta, y que ha demostrado el equilibrio y la naturalidad, mientras ciertos estamentos buscan la discordia.

Obviamente el tacto con la Constitución es la piedra angular del discurso que no convenció a ciertos sectores que vienen buscando más en sus aspiraciones:” La Carta Magna es un corsé que limita el autogobierno”, es lo que se reprochaba desde CiU y desde el PNV que supieron valorar otros aspectos del discurso, al tocar la Constitución dicen:” No ha servido para integrar la enorme diversidad territorial del Estado”.

Son dos apreciaciones, nada más que eso, que no pueden, ni deben empañar una clara idea de lo que hay hoy en este país, perfectamente analizado por el Jefe del Estado, en un momento en el que la tranquilidad podría haber sido la tónica normal, de no haber sido por esas últimas acciones de la banda terrorista ETA, que han desequilibrado, aunque fuera por muy pocos días, lo que parecía la normalidad de estos tiempos.

El discurso de SM cierra un año y debe ser el punto de arranque de uno nuevo que esperamos rompa con los males que nos atañen hoy.
 

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