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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

No queremos nada de los malos de los americanos de América. Oiga, en verdad, son una jarta de malos. Yo he visto, en muchas películas, como los casacas azules mataban a muchos indios. Y es que, qué quieren qué les diga, no estaba bien eso de matar tantos indios para quedarse con sus tierras. Y más teniendo en cuenta que no había petróleo y ni los indios, que se sepa, tenían armas de destrucción masiva.

Naturalmente que todo lo que les cuento es de película, y ya se sabe lo que dicen al final de las mismas: “todo parecido con la realidad es pura o mera coincidencia”. O sea la misma frase que se puede emplear con todos aquellos, que se autodenominan “nosotros los políticos”. Pues está más que demostrado que todo parecido con la realidad es pura o mera coincidencia.

Me estoy liando más que la pata de un romano. Yo no me quería referirme ni hablar de algunos de los políticos y, mucho menos en estas fiestas navideñas en las que estoy de un bueno subido que asusta.

Yo me estaba refiriendo, en este escrito, a los malos, malísimos de los americanos de América, a los que hemos estado una temporada que no los podíamos ver y que con la llegada de Obama, a la presidencia de los EE. UU, estamos con ellos a partir un piñón. Me imagino que antes no serían tan malos, ni ahora tan buenos. Lo que sucede es que “en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira”.

Bueno pues recordando cuando eran tan malos, no acierto a comprender como nuestra juventud y lo que ya no son tan jóvenes, se dedican a copiar todo lo de los americanos de América. Hemos copiado las cosas esas que se ponen en las orejas, en los labios, en el centro de la lengua y en cualquier parte del cuerpo, a lo que llaman piercing, y que según algunos científicos pueden producir enfermedades.

Hemos copiado los tatuajes, que son esas cosas de llenarse el cuerpo de garabatos, los chaquetones con capucha e incluso esas comidas que se venden en las firmas famosas americanas que están inundando el Mundo entero y que dista mucho de ser una dieta mediterránea, más bien todo lo contrario. Y, por supuesto, algo que ha sido incluso capaz de entrar en la Rusia, ese paraíso? que todavía tenía el muro de la vergüenza para patrocinar un encuentro de fútbol, la Coca – Cola.

Ante todo esto uno, en su inocencia y desconocimiento de tanta y tanta modernidad, se pregunta si hemos sido capaces de copiar tantas y tantas cosas, algunas no muy buenas que digamos, de los malos de los americanos de América por qué razón, en un alarde de facultades mentales, no hemos copiado su sentido del patriotismo, donde América, para ellos, sean del estado que sean, es lo primero, Si copiásemos este sentido del patriotismo americano, donde España estuviese por encima de todo, otro gallo nos cantaría.

Esto, por supuesto, no estaría bien visto y sería acogido con desagrado, por todos esos aldeanismos trasnochados y caducos que quieren separarse de España, pero que con el dinero de todos los españoles, sigamos manteniendo sus absurdos aldeanismos.
 

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