Días pasados hemos presenciado en
el Canal 1 de televisión española un programa musical en el
que el cantante (tenor) Plácido Domingo ofrecía un homenaje
a la canción popular española con los “estilos mas
actuales”, habiendo colaborado en su ejecución músicos como
Emilio Aragón, J. J. Colomer y Gabriel Fernández (¿). Y así
vimos y oímos como interpretaba canciones de los afamados
compositores Quintero, León y Quiroga o del trío Ochaíta,
Valerio y Solano. Ni que decir tiene que nos dio la idea de
que todo parecido con la realidad era pura coincidencia,
pues admirando y reconociendo como así es mundialmente
entendido el arte de Placido Domingo en la interpretación de
la esencia pura de la lírica o también llamado el bel canto,
quienes somos admiradores de la copla no podemos decir lo
mismo de su intromisión en el mundo de este genero musical
español por antonomasia.
Y así hemos contemplado como Plácido Domingo dispuso de un
repertorio plagado de títulos que figuran, por su valor
artístico, en los anales del folklore español y, por ende,
en lo que, por su diferenciación con el flamenco, se ha dado
en llamar “copla”, con canciones como “La Falsa Monea”, “La
Bien Pagá”, “Porque te Quiero”, “Te lo Juro Yo”, “Ojos
Verdes” o “Suspiros de España”, queriendo emular, sin que en
ningún momento, a nuestro parecer, hubiera podido igualar
las versiones originales de sus autores ni de las
intérpretes que las hicieron famosas, como Concha Piquer,
Marifé de Triana, Juanita Reina, Lola Flores o Gracia de
Triana, por poner unos ejemplos Y es que hay que convenir
que la mayoría de las coplas fueron creadas por sus autores
para unas intérpretes determinadas atendiendo sus estilos y
facultades y el querer refundir en un solo cantante, como lo
llevado a cabo por Plácido Domingo, la diversidad de estilos
y modos o maneras de ejecutar las canciones, no resulta
agradable al oído ni la presencia del cantante nos puede
hacer olvidar, por ejemplo, a la sin par Concha Piquer
interpretando una de las obras maestras del “trío perfecto”
(Quintero, León y Quiroga) “Y sin embargo te quiero”, así
como tampoco a Marifé de Triana, llena de garra y de pasión,
en ”La Loba”o a el singular sentimiento de Gracia Montes con
su “Cariá la Sanluqueña”.
Así como al Maestro Joaquín Rodrigo nunca le gustó que
pusieran letra a su obra cumbre el “Concierto de Aranjuez”
(composición musical hecha para orquesta y guitarra) pues
todo lo que sea querer aderezarlo con letra u otros arreglos
es desvirtuarlo y sacarlo de su contexto, así nos parece que
se procede con la copla al intentar darle un tono
operístico, a lo que han llamado “estilo mas actual”, que en
nada la favorece. Como tampoco nos parecería aceptable
presenciar a Isabel Pantoja o María Jiménez, pongamos por
caso, querer interpretar ópera. Por todo ello estimamos que
la copla debe quedarse como está, sin desvirtuarla,
conservando su integridad, y que Plácido Domingo siga
encantando con su arte y haciendo gala de su españolismo por
los escenarios de la Metropolitan Opera de Nueva York, la
Opera Estatal de Viena o La Scala de Milán donde, con todo
merecimiento, tan alta estima se le tiene por sus dotes de
tenor.
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