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OPINIÓN - SÁBADO, 27 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

La integridad de la copla
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Días pasados hemos presenciado en el Canal 1 de televisión española un programa musical en el que el cantante (tenor) Plácido Domingo ofrecía un homenaje a la canción popular española con los “estilos mas actuales”, habiendo colaborado en su ejecución músicos como Emilio Aragón, J. J. Colomer y Gabriel Fernández (¿). Y así vimos y oímos como interpretaba canciones de los afamados compositores Quintero, León y Quiroga o del trío Ochaíta, Valerio y Solano. Ni que decir tiene que nos dio la idea de que todo parecido con la realidad era pura coincidencia, pues admirando y reconociendo como así es mundialmente entendido el arte de Placido Domingo en la interpretación de la esencia pura de la lírica o también llamado el bel canto, quienes somos admiradores de la copla no podemos decir lo mismo de su intromisión en el mundo de este genero musical español por antonomasia.

Y así hemos contemplado como Plácido Domingo dispuso de un repertorio plagado de títulos que figuran, por su valor artístico, en los anales del folklore español y, por ende, en lo que, por su diferenciación con el flamenco, se ha dado en llamar “copla”, con canciones como “La Falsa Monea”, “La Bien Pagá”, “Porque te Quiero”, “Te lo Juro Yo”, “Ojos Verdes” o “Suspiros de España”, queriendo emular, sin que en ningún momento, a nuestro parecer, hubiera podido igualar las versiones originales de sus autores ni de las intérpretes que las hicieron famosas, como Concha Piquer, Marifé de Triana, Juanita Reina, Lola Flores o Gracia de Triana, por poner unos ejemplos Y es que hay que convenir que la mayoría de las coplas fueron creadas por sus autores para unas intérpretes determinadas atendiendo sus estilos y facultades y el querer refundir en un solo cantante, como lo llevado a cabo por Plácido Domingo, la diversidad de estilos y modos o maneras de ejecutar las canciones, no resulta agradable al oído ni la presencia del cantante nos puede hacer olvidar, por ejemplo, a la sin par Concha Piquer interpretando una de las obras maestras del “trío perfecto” (Quintero, León y Quiroga) “Y sin embargo te quiero”, así como tampoco a Marifé de Triana, llena de garra y de pasión, en ”La Loba”o a el singular sentimiento de Gracia Montes con su “Cariá la Sanluqueña”.

Así como al Maestro Joaquín Rodrigo nunca le gustó que pusieran letra a su obra cumbre el “Concierto de Aranjuez” (composición musical hecha para orquesta y guitarra) pues todo lo que sea querer aderezarlo con letra u otros arreglos es desvirtuarlo y sacarlo de su contexto, así nos parece que se procede con la copla al intentar darle un tono operístico, a lo que han llamado “estilo mas actual”, que en nada la favorece. Como tampoco nos parecería aceptable presenciar a Isabel Pantoja o María Jiménez, pongamos por caso, querer interpretar ópera. Por todo ello estimamos que la copla debe quedarse como está, sin desvirtuarla, conservando su integridad, y que Plácido Domingo siga encantando con su arte y haciendo gala de su españolismo por los escenarios de la Metropolitan Opera de Nueva York, la Opera Estatal de Viena o La Scala de Milán donde, con todo merecimiento, tan alta estima se le tiene por sus dotes de tenor.
 

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