El centro de diálisis de Ceuta, gestionado por la empresa
internacional Fresenius Medical Care, ha cumplido un año de
vida ofreciendo a los ceutíes una relación personalizada y
eficaz en el tratamiento de la enfermedad renal, tanto a
nivel físico como psicológico. El doctor Guillermo Gorostiza,
responsable de la clínica, habla de los avances tecnológicos
y científicos que se han registrado en la actualidad y que
han contribuido a elevar la calidad de vida de los enfermos
y que se desarrollen con normalidad aunque el profesional
también advierte una dura medicación y un proceso complejo
hasta la cura, que sería el trasplante en un largo plazo de
tiempo.
Pregunta.- El centro de diálisis gestionado por Fresenius
Medical Care abrió sus puertas en 2007, ¿cuántos pacientes
acuden al centro después de un año de andadura?
Respuesta.- Aproximadamente, 70 aunque actualmente atendemos
a unos 75 de todos las edades. Un espectro que va desde lo
20 hasta 90 años, el paciente de mayor edad.
P.- Esta sede de Ceuta ofrece las terapias de atención renal
más innovadoras que existen en la actualidad, ¿en qué
consisten?
R.- Fresenius ha incorporado grandes novedades, los últimos
adelantos tecnológicos; primero, en depuración del agua que
utilizamos para el tratamiento. Todos nuestros pacientes se
revisan con un líquido de diálisis que se llama ultrapuro,
es decir, cumple los requisitos más exigentes de depuración,
con los máximos beneficios y garantías para el paciente. Por
otra parte, aplicamos una de las técnicas más innovadoras en
hemodiálisis, que es la hemodiafiltración on line; un paso
más allá de la hemodiálisis convencional.
P.- ¿Varía el tratamiento en unos pacientes u otros
dependiendo de la edad en que se adquieran problemas
renales?
R.- En líneas generales, el tratamiento de hemodiálisis
tiene una pauta estándar que es de cuatro horas, tres veces
en semana, conectados a una máquina, pero luego hay que
individualizar a los pacientes en función de varias
características, entre ellas la edad, y su metabolismo.
P.- En el momento en el que a una persona se le diagnostica
enfermedad renal, ¿se acepta tal cual o necesita un proceso
de asimilación?
R.- La enfermedad renal es deseable diagnosticarla en los
estadios más precoces; primero porque una intervención
rápida puede actuar sobre el devenir de la enfermedad
haciendo que la persona evolucione de forma más rentable e
incluso llegue más tarde a hemodiálisis. Dentro del paciente
que está en un estadio muy severo y va encaminado a
tratamiento de diálisis, es aconsejable y muy necesario una
preparación con suficiente antelación, desde el punto de
vista físico y psicológico, porque tiene un impacto muy
fuerte.
P.- Frente a este impacto psicológico, ¿cómo actuáis?
R.- Nosotros prestamos una atención integral al paciente de
diálisis con apoyo por parte de profesionales como
dietistas, trabajadores sociales y psicólogos para atender
las necesidades complejas de los enfermos. Y por eso es muy
importante el apoyo psicológico a estos pacientes y el trato
personal del centro, que no se limita a hacer la mecánica
sino a dispensar al paciente información, cuidados y un
trato cercano, abierto y cordial.
P.- ¿Qué perfil presentan los pacientes?
R.- Muy diferentes; los hay muy jóvenes, con la problemática
que ello supone, personal y profesional. Y en edades muy
acusadas, pues igual. Todo depende de la personalidad
individual, que es muy diversa. En general, para cualquier
paciente la enfermedad renal en estadio terminal es bastante
duro y penoso porque conlleva la obligación de acudir a un
centro un mínimo de tres veces en semana, estar cuatro horas
conectado a una máquina y una dieta bastante restrictiva.
P.- Una enfermedad renal, ¿permite desarrollar una vida
normal?
R.- Yo opino que sí; las técnicas, los fármacos y los
avances han permitido una rehabilitación bastante importante
de la calidad de vida de estos pacientes. De modo, que el
objetivo es conseguir una elevada calidad de vida y una
rehabilitación plena y normal de las actividades cotidianas.
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