Es una fecha especial el día 22 de
diciembre que comienza, por la mañana temprano siendo el día
de la ilusión y a eso del mediodía se transforma en el “día
de la salud”, por esa frase tan concurrida por parte de
todos a quienes no nos ha caído en suerte ningún premio y
que para apartar la decepción se dice eso de “lo importante
es que haya salud”.
Ha corrido un rumor, muy extendido, especialmente en años de
desgracias climatológicas, diciendo que esos lugares
afectados por riadas, tormentas que destrozaron las cosechas
y demás, luego eran correspondidas con el “premio gordo” de
la lotería.
Este año, si eso ha sucedido alguna vez, no se ha dado, por
cuanto Melilla, por ejemplo, muy castigada por las lluvias
torrenciales del otoño, no ha cogido ese pellizco que tanto
se busca, y sin embargo Soria que, a lo largo del año, no
tuvo, que sepamos, ningún tipo de percance, ha sido una de
las localidades que más pronto empezó a sonar, por cuanto
antes de los cinco minutos de haber comenzado el sorteo, ya
se había hecho con uno de esos premios que se salen de la
simple pedrea, y luego cazó otros varios más.
Ceuta, como mi pueblo, no sé qué tipo de delito habrán
cometido para que no reciban ninguno de esos “favores” que,
especialmente, este año sí que hacen buena falta.
Y si antes era complicado que fuera tu número el que
recibiera algún tipo de premio, ahora lo es un poco más, por
cuanto ha ascendido hasta 85.000 los números que entran en
el sorteo.
Después de esto, Ceuta o mi pueblo, por aquello de que van
cogidos de la mano, en esto de los premios, tendrán que
esperar un año más y los que sean precisos hasta ver si en
alguna ocasión son ellos los que pueden decir:” Este año nos
tocó a nosotros la lotería”.
El turrón, pues, y el cava habrá que pagarlo con las
reservas que se habían programado, menos mal a que la
crisis, todo hay que decirlo, no lleva aparejado ese subidón
en los precios que, todos los años, se venía dando desde
mediados de diciembre.
Los estudiosos de los precios ya han saltado a la escena
para recalcar que hay productos que este año no han subido y
los que subieron lo han hecho mucho menos que en los años
precedentes. Menos mal. Todo sea por la crisis.
Y ya es curioso que, ahora, en estos días, no sé si
deslumbrados por tanta lucecita en las calles, ese “eco” que
oíamos a todas horas con el término crisis, parece que se ha
roto y no se oye.
Todo será porque, los últimos días había la esperanza de
algún extra en el sorteo del día 22 y que volverán a sonar
esas palabras malditas de crisis o recesión, ahora que ya no
queda ninguna esperanza de poder saldar la hipoteca, o de
hacer las compras que se soñaba y que se han quedado en
sueño, únicamente en eso.
Y es que ahora, durante dos semanas sin quinielas, hasta el
día 5 no hay otro sorteo de lotería ..., se apaga un poco
eso de poderse “hacer rico” por la vía de la suerte y
únicamente puede llegar eso si, sin saberlo nosotros, se nos
anuncia que algún tío, que no conocíamos, en América, nos ha
nombrado herederos universales de todas sus posesiones.
Las cosas van así, y como en lo único que debemos pensar es
en nuestra propia actividad, la lotería ya nos dejó el
regusto de una ilusión fallida, pero al encontrarnos bien,
hemos celebrado mejor que nunca el “día de la salud”, que
esperamos que se vaya prolongando, semana tras semana.
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