Una lapa se ha convertido en uno de los elementos más
emblemáticos de la fauna ceutí. Puede sonar triste pero el
molusco es el primer invertebrado lo suficientemente
relevante como para tener el diseño de una estrategia de
conservación a nivel nacional. En España sólo hay tres
autonomías que cuentan con la presencia de Lapa ferrugínea:
Andalucía, Ceuta y Melilla. En la primera las poblaciones
son dispersas y existen dudas de la viabilidad reproductiva
de las poblaciones. Las mayores concentraciones del animal,
del orden de decenas de miles, se encuentran en Ceuta,
Melilla y las islas Chafarinas. La Lapa ferrugínea es
endémica del Mediterráneo occidental y su situación en otros
países no es mucho mejor. Existen poblaciones aisladas en
Italia y las islas francesas, en Marruecos la falta de
estudios no permite determinar cuál es su presencia y un
número aceptable de ejemplares de la especie se encuentra en
Túnez.
La Lapa ferrugínea se halla incluida desde 1999 en la
categoría de “En Peligro de extinción” y es junto a su
congénere de Canarias, la lapa majorera, el único molusco
querecibe esta designación. Sus principales problemas no han
sido resueltos, fundamentalmente la destrucción de su
hábitat por las construcciones costeras y la contaminación.
En Ceuta disfruta del refugio de los acantilados del monte
Hacho, que se encuentran ubicados en aguas limpias, abiertas
y con fuertes corrientes por el intercambio de aguas entre
el Mediterráneo y el Atlántico. Su principal amenaza en la
localidad son los proyectos de construcción en la costa. En
la reunión nacional para definir la estrategia de
conservación celebrada en Ceuta se analizaron los proyectos
del paseo junto a la playa en la zona de Fuente Caballos y
las obras de ampliación del puerto para ver cómo podían
conjugarse este tipo de construcciones con la conservación
de la especie. El director general de la División de
Protección del Mar, José Luis Bucela, aseguró durante el
encuentro nacional que el concepto de conservación es el que
“debe prevalecer” y los proyectos deben salvar el que “no se
produzca la muerte de ningún ejemplar”. Por ello se
descartaron actuaciones como la llevada a cabo en la reforma
de la playa de la Ribera en el que se realizó el traslado de
ejemplares a otras zonas de asentamiento de la ferrugínea,
lo que produjo un alto porcentaje de muerte entre los
animales reubicados.
Los intentos de reintroducir la Lapa ferrugínea en zonas
hábiles para su crecimiento ha resultado un fracaso por las
características reproductivas de una especie con un
crecimiento lento y que requiere de una densidad de
población alta para reproducirse. Los resultados de la
reunión nacional se están elaborando en Madrid y podrán
afectar a algunos de los proyectos costeros de Ceuta.
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