La excavación y posterior adecuación de las Murallas
Meriníes concluirá a finales de enero. Las obras han sido
dirigidas por el arquitecto de la Ciudad, Javier Arnaiz, y
el aparejador de Procesa, José María Medina, y llevadas a
cabo por Contrucciones Jomasa. El proyecto ha supuesto una
financiación de 156.429 euros y en el último mes los
trabajos se han centrado en la urbanización del entorno de
la construcción patrimonial.
Se ha aislado las murallas situadas en la carretera de Pedro
la Mata con una baranda, se ha ubicado alrededor un sistema
de recogida de aguas para evitar la aparición de charcos
durante fuertes precipitaciones y se ha usado un tratamiento
antiraíces para evitar que las plantas dañen la estructura
de una construcción hecha a base de tapial, un material
similar al adobe.
Igualmente se han reforzado algunas de las secciones de las
Murallas Meriníes con el mismo material que el utilizado en
su construcción en el siglo XIV. Una pasta de sustancias
como el barro o la paja a la que se ha añadido un mortero de
cal para dar mayor consistencia a la mezcla aunque con la
intención de que el aspecto sea exactamente el mismo que el
original del conjunto amurallado. También se han restituido
los melones de las murallas (una suerte de almenas) que
estaban casi perdidos.
Desde Procesa se indicó que están previstas nuevas
actuaciones en el resto de secciones de las Murallas
Meriníes que aún quedan en pie en la ciudad. Arnaiz ya se
encuentra redactando los proyectos que conservarán la
filosofía de respetar los máximo posible la génesis original
de las murallas.
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