La Policía Nacional de Ceuta ha resuelto lo que en un
principio parecía como una presunta detención ilegal
(secuestro), que finalmente resultó ser, ante las
evidencias, una huída de una menor con su compañero
sentimental con quien además comparte un hijo. El trabajo
policial se activó como consecuencia de la denuncia paterna
de la menor que fue ratificada incluso por la joven aunque
tras las pruebas médicas practicadas y otras evidencias se
determinó la “inexistencia” del secuestro.
Todo un montaje extraño donde las desavenencias en el
entorno familiar provocaron una alarma incosistente a medida
que se procedía a la investigación de lo que se había
considerado, en función de una denuncia, como un posible
secuestro.
Todo se inicia el pasado viernes día 19 tras la denuncia
paterna de la “desaparición inquietante” de su hija F.S.H.M
de 16 años. El padre advierte a la Policía que la menor se
encontraba en pijama en su casa cuando recibió una llamada
telefónica, tras lo cual salió a la puerta de la exterior de
la vivienda, pero no regresó. Los agentes de la Brigada de
Policía Judicial activaron rápidamente los mecanismos de
búsqueda e investigación por lo que, efectivamente, la
versión efectuada por el padre podía tener indicios de
veracidad en relación a un presunto secuestro. No había
mucho tiempo que perder, así la investigación comenzó por su
entorno más próximo hasta dar con un anterior compañero
sentimental porque no eran nuevas las denuncias por amenazas
de secuestro y de muerte que éste habría realizado contra le
menor. Se trataba de un joven, M.M.R. de 22 años y natural
de Ceuta al que se localizó aunque dos días después y, con
él, se halló precisamente a la menor ‘desaparecida’. Lo
curioso del caso es que cuando la joven de 16 años declaró
ante la Policía manifestó que había sido secuestrada por dos
individuos en las mismas puertas de su domicilio y dijo ser
introducida a la fuerza en un vehículo para ser llevada a un
presunto lugar desconocido. Dijo haber estado retenida,
maniatada, atada a una silla, sin comer ni beber y que había
sido quemada con puntas de cigarrillos encendidos, pero
liberada al fin por los supuestos secuestradores al taner
conocimiento que era buscada por la policía. Esta versión
quedó totalmente desmontada, primero porque su compañero
sentimental reconoció que se había marchado voluntariamente
con él, como lo había hecho en otras ocasiones. Por otro
lado, los investigadores han podido determinar la
inexistencia del secuestro, entre otras cuestiones, porque
tras el análisis médico no se apreciaban ni quemaduras, ni
signos de violencia, por lo que su declaración fue motivada
por el temor a sus padres.
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