Este año he jugado muy poco a la
Lotería de Navidad, me he gastado sesenta eurillos en tres
décimos del mismo número y otros cien en diversas
participaciones de las casas regionales.
El gasto de los tres décimos lo recupero porque caen en el
reintegro, las participaciones ya las miraré tranquilamente
en las listas de lotería que suelen enviarme. Como para
echar las campanas al vuelo ¿no?
Mala suerte que no paseara por las Ramblas, habría comprado
el décimo ganador.
Bueno, con poco me conformo, la Pedrea será un poco benévola
conmigo y a lo mejor me dejará algo. Esta por ver, como
estará por ver la actuación del Gobierno en sus reuniones
con los presidentes de las Autonomías.
La entrada de la presidenta de la Comunidad de Madrid en el
ruedo de pedigüeños tiene visos de ir a por todo. Está
bastante cabreada por la “deferencia” con Andalucía y
Catalunya y alega que Rodríguez Zapatero debe tener en
cuenta al millón de madrileños “que se ha negado a
reconocer”.
¿Quién se ha negado?, ese millón ¿no será, por casualidad,
de inmigrantes?
El nuevo sistema de financiación autonómica tiene en cuenta
las singularidades territoriales de las distintas autonomías
del país y la de Madrid tiene una doble versión de
financiación claramente estipulada: la suya propia y la del
resto de Autonomías que revierten en sus arcas a través de
acciones preferentes del propio Gobierno de la Nación.
Parece ser que Esperanza Aguirre no ha caído en la cuenta de
que no se ha cerrado ningún acuerdo entre el Gobierno,
Andalucía y Catalunya. Sólo se han avanzado algunos pasos
para llegar al mismo.
Olvida Aguirre, evidentemente, que su jefe de entonces, José
María Aznar, nunca pactó un modelo multilateral como hacen
ahora los socialistas y lo hizo de manera bilateral con
Catalunya el año 1996, con Jordi Pujol como Presidente de la
Generalitat. Lo hizo para asegurarse la investidura como
Presidente del Gobierno y supuso la cesión del 30% del IRPF
a las autonomías.
Entonces nunca llamó a consultas a los socialistas, por lo
que suena incongruente que ahora pretenda el PP que el
Gobierno haga una reunión con el partido antes de continuar
con la negociación con los presidentes de las Comunidades
Autónomas.
Señores peperos, deberían no entrometerse en asuntos del
Gobierno porque su papel está en el Congreso, no en La
Moncloa y las decisiones del Gobierno sólo competen a éste,
para bien o para mal, y ya tendrán ocasión de rebatir
asuntos en los plenos de la Cámara Alta.
Solo estáis clamando en el desierto con vistas a los votos.
No lo hacéis para mejorar la economía.
Como en todo, hay que conformarse con lo que toca. Si le
tocan a algunas Comunidades la Pedrea, deben conformarse con
ella. Si quieren obtener los mejores premios, deben invertir
más esfuerzos económicos, humanos y técnicos que demuestren
las verdaderas necesidades de sus respectivas Comunidades.
No basta con pedir “yo quiero igual que esa Comunidad”, hay
que demostrar que verdaderamente lo necesita, cosa que
desgraciadamente siguen demostrando que no.
Los únicos que son coherentes con este jaleo son los de
Convergéncia i Unió (CiU) que no valorarán el acuerdo hasta
que se produzca y exista un documento escrito hecho público.
Lo malo de todo es el enorme plumero que se vislumbra en
lontananza y que pertenece, ¡cómo no!, al PP. Cuando
manifiestan “cuando Manuel Chaves defiende sus intereses,
esto es bueno para el Estado Español”, pero cuando lo hace
Catalunya, es la ambición y la avaricia de los catalanes
¿no?
Lo bueno sería que el sistema fuera bueno y hagan por
reducir el déficit fiscal. Entonces podrán hacer lo que
quieran y si lo desean que lo generalicen.
Mi lógica es tan simple como esta regla: a tanto que des,
tanto recibes. Lo demás son paparruchadas refritas.
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