Teniendo en cuenta que está asociación [de Padres de Familia
Separados de Ceuta] ha solicitado, por todos los medios
posibles, un breve encuentro con la ministra de Igualdad,
Bibiana Aido, aprovechando su visita a Ceuta, y habiendo
recibido el silencio por respuesta, confiamos en que alguien
que forme parte del equipo de la Delegación del Gobierno de
Ceuta tenga a bien entregarle este artículo con el único
objetivo de que conozca la situación por la que pasan los
padres de familia cuando se separan.
Un ministerio llamado de “Igualdad” no debe centrarse tan
solo en poner en marcha medidas que fomenten los derechos de
las mujeres, que no decimos que sean malas, pero si que es
cierto que en el ámbito familiar, los padres quedamos en
clara desventaja económica, psicológica, sin vivienda y
además, y es lo que mas nos preocupa, quedamos relegados a
un segundo plano en las relaciones afectivas con nuestros
hijos.
Paso por tanto a relatarle la misiva que se le envió a
través de la Delegación del Gobierno a mediados de octubre,
nada mas conocer que usted venia a esta acogedora ciudad.
Excmo. señor delegado del Gobierno. D. José Fernández
Chacón:
Tras haber conocido a través de los medios de comunicación
la visita de la Ministra de igualdad, Sra. Bibiana Aido, a
Ceuta, me gustaría solicitarle en mi condición de presidente
de los padres separados de Ceuta, un corto encuentro con la
misma, con el fin de apoyarle todas las iniciativas que esta
llevando a cabo para posibilitar y fomentar la igualdad
entre hombres y mujeres.
De todos es sabido que, en este sentido, las mujeres
españolas se han sentido discriminadas durante años, por una
sociedad tremendamente machista y todos, hombres y mujeres,
hemos puesto nuestro granito de arena para que tengan las
mismas oportunidades que los hombres, por su parte a titulo
familiar, no deben de seguir siendo el único soporte donde
se sustenten el núcleo de nuestro hogar; si seguimos
pensando que ellas deben de ser las que críen en solitario a
nuestros hijos, estaremos dificultándoles, a muchas, el
acceso al mercado laboral.
Dicho esto y teniendo en cuenta que los hombres, o mejor
dicho los padres de hoy en día, no somos los mismos, ni con
las mismas ideas que los de antaño, quisiera mostrarle el
deseo de muchos de nosotros, quienes tras separarnos de
nuestras parejas, nos vemos abocados a pasar con nuestros
hijos tan solo unas horas ó fines de semana alternos.
Algunos padres, pocos, por desgracia, queremos involucrarnos
de manera efectiva y cercana, en el crecimiento y la
educación de nuestros hijos y por ello luchamos por poder
pasar mas tiempo con ellos y no limitarnos con verlos tan
solo ocho días al mes.
Quisiéramos mostrarle a la ministra, que, en ningún caso,
criticamos, ni censuramos, las medidas que pueda llevar a
cabo para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, pero
debe de tener en cuenta, por el bien de nuestros hijos, que
ellos necesitan de una madre, pero también de un padre, y si
nuestra relación con ellos es cercana cuando formamos una
pareja, porque cuando nos separamos de esa pareja, también
nos separan de ellos.
Seguramente nuestra ministra de igualdad será hija, y
sentirá un cariño especial por su padre, se imagina que la
hubiesen separado de el, de pequeña, es posible que también
sea tía, cree que es justo que su sobrino o sobrina, pase a
un segundo plano porque su hermano se separe, seguro que no.
Entienda por tanto, que creemos que nuestra reivindicación,
como padres, es legitima, y lo es sencillamente, porque
queremos a nuestros hijos y tenga por seguro que ellos,
estarán orgullosos de unos padres que lo único que pretenden
es luchar, en igualdad de condiciones, por formar parte de
su vida.
Por tanto le pedimos, que haga todo lo posible por ayudarnos
a conseguir que la CUSTODIA COMPARTIDA sea un hecho, cuando
uno de los dos cónyuges lo solicite, es un derecho que
debemos de tener no como hombres o mujeres, sino como
personas, pero sobre todo es un derecho de nuestros hijos a
poder convivir con su padre y con su madre, así como
mantener las relaciones afectivas con los familiares de
ambos.
Agradeciendo de antemano todas las iniciativas que pueda
llevar a cabo con el fin de lograr una igualdad equitativa
de “las personas” y rogándole que no de la espalda a las
peticiones de este colectivo por el calado social que en
nuestras vidas supone, no solo la expulsión del domicilio
familiar, sino principalmente por la separación que provoca
un divorcio, lo que conlleva a su vez, de manera forzosa y
traumática para muchos, la negativa del Estado, a que
podamos seguir conviviendo con nuestros hijos.
Felices Fiestas, señora ministra.
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