Unas 300 personas llenaron ayer las sesiones del auditorio
del Instituto Siete Colinas para asistir a la mezcla de
representaciones circenses y referencias a conocidos
programas televisivos dirigidos a los niños de `El show de
la alegría´. Hoy habrá una nueva sesión matinal a las 12.00
horas, las entradas se podrán adquirir en la taquilla por 10
euros.
Es difícil ver a un payaso y no preguntarse si será una
persona con un drama interno y un poco de tendencia a la
autodestrucción. Cosas de los clichés que se retroalimentan
con la sociedad de masas. Lo que es seguro es que el negocio
requiere de adaptarse a los tiempos de posmodernidad y
medios de comunicación y a lo poco irritante que resulta un
niño cuando está enchufado a la televisión.
La sesión en un Auditorio del Siete Colinas bastante repleto
de niños y padres y madres comenzó con la aparición de un
payaso con la cara embadurnada de blanco y negro y una
eléctrica adaptación de un traje de torero. Se encargó de
animar un poco a los más pequeños y anunciar las actuaciones
estelares de la tarde: los lunnies, el también dramático
Pinocho o el simpático gato cósmico Doraemon. A cada
referencia a los personajes, los niños respondieron con una
ovación apasionada. Pero no era lo único que ofrecía El show
de la alegría, la primera actuación tenía mucho de mímica,
teatro y de circo en su mejor cara. Un actor con la única
fórmula de comunicación que la expresión corporal y un pito
de guardia o de árbitro logró arrancar un buen comienzo
haciendo participar a los más pequeños alternando filas o
bloques de butacas. La participación llegó hasta el
escenario en otro momentos de actuación y muchos niños
fueron convocados a la escena, que compartieron con mitos
como el Pato Donald.
La sesión se repetirá hoy en horario matinal a las 12.00
horas y las entradas se podrán comprar en taquilla con una
hora de antelación por 10 euros.
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