El coche comienza a ser un engorro
problemático más que un alivio al desplazamiento. Como tengo
que recorrer diariamente una distancia que oscila entre los
70 y los 100 kilómetros, tengo el tiempo puntualmente
controlado.
Ahora bien, el Tripartito Catalán que gobierna la Comunidad
Autónoma ha decidido rebajar aún más las velocidades por las
autovías y autopistas del área metropolitana de Barcelona,
básicamente el área por la que yo me desplazo con más
frecuencia.
Hasta ahora estaba prohibido circular a más de 80 km/h
dentro del radio del área metropolitana y pretenden, a
partir de enero, establecer límites de velocidad entre 60 y
40 km/h.
Creo que si se deciden a establecer esas medidas, no tendré
más remedio que presentar denuncia contra la Generalitat de
Catalunya por saltarse a la torera las normas establecidas,
por cuanto el artículo 49 del Reglamento General de
Circulación prohíbe circular a menos de 60 Km/h por las
autovías y autopistas y únicamente lo autoriza para los
vehículos de transportes especiales y/o cuando las
circunstancias del tránsito impiden el mantenimiento de una
velocidad superior.
Tampoco es de recibo, ni justo, que paguemos peaje por
circular por una vía de altas prestaciones como es una
autopista a velocidades urbanas. Al menos que rebajen ese
peaje acorde con la limitación de velocidad ¿no?
Suerte tiene Ceuta de no disponer de autopistas de peaje.
Lo peor de todo es que estas medidas pueden incrementar el
riesgo para la circulación, ya que los cambios automáticos
de la velocidad, como propugnan, pueden llevarnos a los
conductores a realizar frenadas bruscas en la velocidad que
generen tanto choques como retenciones inútiles.
Por tanto, el conseller Saura (ICV), responsable de éste
asunto, contradice rotundamente el Código de Circulación. Y
que espere sentado, porque yo lo respeto minuciosamente, al
Código, y haré lo posible por cumplir sus normas yendo a más
de 60 km/h por las autovías y autopistas. Si me multan….que
me multen porque recurriré con la Ley en la mano.
A pesar de todo, si triunfa la apuesta del Tripartito, me
veré obligado a vender el coche y utilizar el de la red
pública, que no me cuesta absolutamente nada. Tendré el
pretexto adecuadamente preparado para cuando llegue tarde a
la oficina: la lentitud del tránsito así lo requiere, dado
que tienen unas horas puntuales de salidas y desde luego a
que mí nadie me obliga a tomar el que me lleva una hora
antes a las puertas de la empresa. Nadie me va a pagar esa
hora extra.
Es tal la velocidad incontrolada que toman algunos
políticos, unos por el tráfico rodado y otros por el tráfico
aéreo que ya estamos en la era del cabreo.
Me explico: el partido de Rosa 10 se ha quejado a la
compañía Swiss Air porque incluye el catalán entre los
idiomas de los mensajes de cortesía a los pasajeros en los
vuelos de Zurich a Barcelona y viceversa.
Quedaría en una anécdota la cosa si no fuera porque el que
firma la carta en nombre de UPyD lo hacía como secretario
general de la formación en Catalunya, lo que no es verdad, y
aparte de esa usurpación agregaba en su escrito que “… desde
algunas autonomías se promovía el uso del catalán con un
comportamiento similar a los nazis y que era un dialecto
regional secundario que sólo lo hablaban 700.000 personas en
el mundo”
A la velocidad en que van los de UPyD contra los catalanes y
contra Catalunya… que esperen sentados en el Parque de San
Amaro de Ceuta a que los voten los catalanes.
Lo raro de todo es que el que escribió esa carta en un
español afincado en Suiza, donde se habla tres “dialectos”
alemán, francés e italiano y una lengua: la suiza, que en
realidad es inexistente porque es el romanche el que se usa
en realidad. Si el romanche no es un dialecto… ¿qué será?
En realidad es una lengua como la catalana y, como ésta,
dispone de cinco dialectos: suprasilvano, subsilvano,
supramirano, alto engadino (conocido como putér) y bajo
engadino (conocido como vallader)… ¡Qué bien me ha salido!
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