Uno de los contertulianos del
Casinet anda aún cabreado conmigo desde hace tres días por
eso de “tontos de los cojones”. Menos mal que me ha vuelto a
hablar más calmado.
No se por qué, vuelvo a las andadas y le pregunto si sigue
con el cabreo. Me responde que ya está bien de recordárselo.
Le atino a decir que menos mal que no habló el alcalde
getafeño de las señoras.
Me interroga que cómo es eso y le respondo que menos mal que
no exclamó “¿por qué siguen votando las tontas de los coños
a la derecha?”… se largó echando pestes después de dar un
tremendo portazo a la salida del Casinet. Le he prometido
regalarle una estatuilla de “caganer”.
Imagino que sabrán Vds., estimados e hipotéticos lectores,
que en Catalunya es costumbre regalar por estas fechas
navideñas un muñequito que denominan “caganer” y que
representa a cualquier personaje famoso de las artes,
cultura, deportes, política, etc.
Un caganer es una figura de una persona defecando que se
suele colocar en los belenes, como tradición en Cataluña y
en el País Valenciano. También es frecuente esta figura en
los belenes de las islas Canarias como puede verse en un
belén de Tazacorte, isla de La Palma. En otros puntos de la
Península Ibérica, Portugal y Región de Murcia, existen los
personajes belenísticos semejantes del cagador y cagón
respectivamente.
Se cree que el origen de esta tradición se sitúa en el siglo
XVIII. Tradicionalmente, el caganer era un payés ataviado
con la indumentaria tradicional catalana (faja y barretina).
Más modernamente se han realizado todo tipo de versiones del
caganer, utilizando a menudo la imagen de personajes
populares como políticos o deportistas.
Generalmente, esta figura se sitúa en un rincón apartado del
belén, intentando que no quede en un lugar destacado. Aunque
no se conoce con exactitud cual es la razón para colocar una
figura defecando, se cree que el caganer con sus heces
fertiliza la Tierra, por lo que se le considera un símbolo
de prosperidad y buena suerte para el año siguiente. La
tradición del caganer está aceptada plenamente por la
Iglesia.
La gente decía que con sus heces abonaba la tierra y así la
fertilizaba para el año siguiente. Con él había la salud y
tranquilidad de cuerpo y alma que hace falta para montar el
pesebre, con el gozo y alegría que comporta la Navidad en el
hogar. Colocar esta figura en el Belén, traía suerte y
alegría; no hacerlo comportaba desventura.
Últimamente se venden en el comercio figuras de caganers con
imágenes de personajes famosos. Por ejemplo figuras de
Barack Obama, Hugo Chávez, Cristina Fernández de Kirchner y
Lula da Silva.
Curiosamente, el caganer no es el único personaje navideño
típicamente catalán que defeca. Existe otra tradición, el
Tió, un tronco de árbol al que los niños sacuden la noche
antes de Navidad. Al ritmo de los golpes y de la canción que
los niños le dedican el Tió les recompensa “evacuando”
dulces y golosinas.
Así, al hacer tan extensa explicación de lo que es un
caganer, espero que no se sientan ofendidos, ni siquiera
aludidos, estimados e hipotéticos lectores.
Por ello no estaría de más, ni de menos, que compraran uno
de estos “caganers” y lo colocaran en el pesebre,
especialmente los peperos. Tendrán mucha suerte en adelante,
pero si no lo hacen, cosa que creo, tendrán aún más
desventuras que hasta ahora. A ver si con sus heces cosechan
tremendos capazos de votos.
Lo malo es que los socialistas también los comprarán y ello
trae pareja la misma suerte que a los peperos. ¿verdad?
Bueno, ahora tengo que montar, con mi hijo pequeño, un belén
de armas tomar, hasta Herodes tiene su metralleta, idea del
pequeño.
Los que son las cosas… me acaban de comunicar que soy abuelo
de nuevo. A este paso acabaré montando un regimiento de
artillería. ¡No!, mejor un equipo de fútbol.
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