No sé qué me pasa, que cuando
llegan estas fechas navideñas, me entra la “tontona” y me
vuelvo de un bueno que aburre. Creo, lo digo con toda
sinceridad, que no me pasa sólo a mí, sino que son muchas
las personas que llegando estas fechas, se vuelven buenos y
perdonan hasta sus mayores enemigos. Pero como de todo tiene
que haber en la Viña del Señor, al menos eso decía la sabia
de mi abuela, los hay que resumen mala leche por todos sus
poros por muchas fiestas navideñas que se celebren.
Cada uno será lo que quiera, pero cuesta tampoco ser bueno
durante unos días, incluso perdonando a todos esos que se
declaran enemigos tuyos, sin saber la razón del por qué se
declaran de esa forma, cuando ese enemigo que se han creado
sólo existe en su imaginación. Y es que, hay personajillos
que para creerse algo importante, necesitan crearse algún
enemigo que intentar combatir. Y no crean que, todos estos
personajillos del tres al cuarto o politiquillos de medio
pelo con gorra y pito con mando, se buscan un enemigo
cualquiera. No señor, ellos se buscan un enemigo a poder ser
popular y con cierto poder para que, de esa forma, cuando
hablen de su enemigo vean que es un enemigo a tener en
cuenta. ¡Pobres analfabetos!.
Esta fauna es incapaz de olvidar, aunque sea por un solo día
a esos enemigos que se han creado en su imaginación. Ellos
siguen su particular lucha contra el enemigo invisible, sin
darse un respiro a pesar de la llegada de las fiestas
navideñas. Ahora, eso sí, se pegan cada golpe de pecho, que
siento el temor vayan a romperse el esternón en uno te esos
enormes golpes que se pegan, para que quienes les vean crean
que son los más buenos del mundo mundial. Engaña bobos, con
denominación de origen.
Con la esperaza de que todos, en estos días navideños que se
avecinan seamos un poco mejor, cambio el tercio y me largo a
otra cosa mariposa.
Resulta que cuando el barril de petróleo estaba por encima
de los cien dólares, se buscó la excusa para subir el recibo
de la luz que, por cierto, ya es bastante caro. Pero
teniendo en cuenta esa subida espectacular del petróleo, los
españoles comprendimos que la subida era necesaria. Y la
subida se efectuó. Y todo quisqui a pagar algo más por tener
luz. Hasta ahí nada que objetar.
Lo que ya no entiendo muy bien es que, en estos momentos, en
que el baril de petróleo se encuentra a cuarenta dólares, se
nos diga que a primeros de año se quiera subir la luz en un
ocho por ciento.
Lo normal debería ser que se bajara el recibo de la luz,
dada la bajada impresionante que ha experimentado el barril
de petróleo causante, al parecer, de todos los males que nos
afectan, además de los malos malísimos de los americanos de
América aunque, ahora, la cosa ha dado un cambio radical y
ya no son tan malos los americanos de Américas, que ya son
unos tíos cojonudos de los que tenemos que aprender.
El recibo de la luz, teniendo en cuenta la subida del barril
de petróleo aumentó en esos momentos. Ahora, lo más lógico
es que la bajar el barril, baje el recibo de la luz ¿O no?
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