Terminó la “refundación” del PSOE
de Ceuta y terminó como se esperaba, con las protestas de
aquellos que por mor de la “depuración” habían perdido por
muy pocos votos.
Muy difícil es saber perder, y casi imposible lo es, si se
considera que entre “bambalinas” hubo trampa. Pero lo que no
va a beneficiar nada al PSOE de Ceuta es que, tras los
incidentes finales, se siga pinchando en la herida y no se
deje que sane, o que, por lo menos, no sangre.
Las acusaciones de todos los tipos y de todos los calibres
estuvieron a la orden del día, sensatez muy poca hubo. Así
no puede ir un partido, ni con perdedores, ni con ganadores,
hablando de 100 años de honradez, porque si esto son capaces
de hacerlo dentro de casa, cuando se toquen asuntos con los
vecinos..., apaga y vámonos.
Nunca me gustaron las trampas, ni las actuaciones que hagan
de esas trampas algo, todavía, peor, y ya es lamentable que
en las condiciones que estaba el PSOE de Ceuta, ahora no se
atisben síntomas de mejoría, por cuanto los que han ganado,
han demostrado, de antemano, que las puertas no van a estar
abiertas de par en par, ni para aquellos que llevan más años
que ellos en el propio partido, y los que han perdido, al
considerar que no ha habido, en la parte contraria,
legitimidad en la victoria, tampoco van a ser los mejores
colaboradores con la nueva ejecutiva.
Ahora, pues, veremos como son capaces de aunar eso de
“unidad y discrepancia dentro del partido”, porque está
claro que hoy unidad no hay en absoluto, salvo que alguna de
las facciones considere unidad a su única actuación, y en
cuanto a discrepancia, que existe, y muy fuerte, si no se
van aplacando las situaciones, nos podemos encontrar con que
más de uno tenga que salir por la puerta de los carros, por
no haber sido capaz de aprobar la prueba que tiene, ahora,
por delante.
Y en todo este asunto y para dejar trabajar, pero rechazando
la forma en que han llegado los “nuevos”, hay que destacar
una posición sensata: la de Hernández.
Hernández, que en sus años mozos era un respetable
deportista, aunque en la regional, al ser un poco más maduro
ha desempeñado con dignidad importantes cargos políticos, y
ahora, porque los “amaños” no entran en su forma de actuar,
ha decidido abandonar el partido.
Nada me importan las interioridades de este o aquel partido,
a nivel personal, pero con políticos como Hernández se puede
ir a cualquier parte y que el actual PSOE de Ceuta, con lo
que se le viene encima, pierda a un hombre válido, como
éste, es que en lo que menos se piensa es en la valía de los
que ya han demostrado que pueden hacer muchas cosas
importantes, y que lo que más interesa son las personas
sumisas, mientras lo sean, y obedientes a las directrices de
arriba.
En estos momentos se ha puesto fin a un PSOE ceutí que, en
los últimos años, fue de fracaso en fracaso cada vez que
había elecciones, especialmente, a nivel local.
Ahora entran caras nuevas, gente joven que se quiere comer
el mundo. El querer se les supone, pero yo en este tipo de
casos, siempre hablo de querer, saber y poder. Querer, ya
digo, quieren, saber, habrá que verlo, “sobre el terreno de
juego” y poder, con lo que tienen en casa, será más que
complicado. El verdadero ganador de todo esto, curiosamente,
ha sido el PP. ¡Ahí es nada!.
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