La Consejería de Fomento e Industria pedirá hoy informes
para ver cuáles son las causas de los apagones y ‘fogonazos’
que se han producido en las viviendas de la mayor parte de
la ciudad. Durante la noche del sábado se produjeron hasta
tres subidas y bajadas de tensión, que en algunos casos
duraban un segundo, pero que en otros, llegaron a estropear
ordenadores o algún otro sistema alimentado de electricidad.
¿Quién tiene la culpa? se preguntaban ayer los vecinos. A
esta respuesta tendrá que responder la Ciudad en los
próximos días, ya que durante las últimas semanas han sido
varios los apagones de luz que se han producido en las
viviendas de Ceuta, así como en sus calles. Y los vecinos
están hartos. Durante la retransmisión del partido
Barcelona-Real Madrid fueron varios los ‘fogonazos’ de luz
que se sintieron en muchas viviendas de Ceuta, sobre todo en
el campo exterior, aunque también fue posible vivirlos en el
centro, aunque no en todas las casas. Tampoco se percataron
de nada en la zona del Sarchal, pero el resto de barriadas
sí los padeció: desde el Príncipe, hasta Loma del Pez,
Ferrocarril y Pueblo San Antonio, que fue, según apreciaron
sus vecinos, la que más sufrió las restricciones de luz,
casi una hora estuvieron estos ciudadanos a oscuras. La
presidenta de la Asociación de Vecinos comentó que su
barriada ahora sufre menos apagones que a principio de año,
cuando al menos ocho vecinos reclamaron en consumo esta
situación. La respuesta que les llegó fue que la empresa
constructora Cumilans no permitía a los operarios de
alumbrado llegar hasta el módulo de electricidad para
reparar los fallos y modernizar la instalación. Unos meses
más tarde, San Antonio recuperó las horas de luz.
Uno de los momentos más críticos de la noche del sábado se
produjo justo cuando se señaló penalti a favor del Barcelona
(22.35). Las TDT de los usuarios perdieron la señal. Y las
miradas de los vecinos apuntaron a Endesa, pero después de
consultar a fuentes de la Ciudad, éstas aseguraron que
probablemente se debiera a la empresa del alumbrado.
Los vecinos ya están hartos de estos continuos fogonazos.
“¿Quién me paga a mí el ordenador?”, se preguntó un
individuo que vive cerca de Avenida Lisboa. Los fogonazos
son cortos, apenas duran milésimas de segundo, pero en
ocasiones son suficientes como para desconectar todos los
electrodomésticos de la casa. Las calles, sin embargo,
sufren un retardo de al menos cinco segundos antes de
recuperar la luz.
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