He dicho purgas, no pulgas, aunque
más de uno de los que han sido apartados de la circulación
podía picar más que una mosca cojonera.
Decepción me ha producido el último movimiento del PSOE en
Ceuta, donde se ha visto que en los partidos políticos no
bastan los codazos, cuando se va en busca de un puesto, sino
que incluso se llega a acciones que yo creía que estaban
alejadas de los partidos que se llaman, y son, democráticos.
Pero hay algo que no vamos a ignorar ahora, y es que cuando
se trata de lograr un ”lugar al sol”, hay quien es capaz de
empujar al mismísimo lucero del alba si es preciso, o si le
está estorbando.
Lo malo de esto, y el tiempo nos dirá si tenemos razón o no,
es que con este “golpe de mano” el partido que ya estaba
tambaleándose, desde hace años, aquí en Ceuta, no ha salido
fortalecido, y es más, todo el trabajo, creo que hecho con
interés, por parte de De la Encina, ha terminado en una
especie de “pucherazo” que a quien más va a favorecer, de
ahora en adelante es el PP, que si estaba fortalecido, y
mucho, y no tenía el contrapeso que debiera tener en el
PSOE, desde ahora le podrán aparecer otras alternativas,
pero el PSOE va a tardar en ser la verdadera oposición a los
populares, aquí en nuestra ciudad.
Y que todo esto suceda como ha sucedido se debe, en parte,
al pavor que tienen los que viven o quieren vivir de la
política, hacia aquellos otros “competidores” que, con
política o sin ella, seguirán viviendo bien.
Actuaciones como la que se acaba de dar en Ceuta no son
propias de alguien que hace o quiere hacer política, más
bien son propias de quienes van “chapoteando” por el mundo
de la política y prefieren tener a su lado a los que se
conforman, únicamente, con pegar carteles, antes de tener a
otros que no sólo pueden tutearlos, sino que conocen los
entresijos de los partidos, desde hace muchos años.
Y un partido no es el jardín particular de un señor que su
verdadero, pero único, mérito es estar en el Congreso o en
el Senado, desde hace varios años. Un partido, si es
democrático, no puede, ni debe, vivir solamente de lo que
piensen en la cúpula. Un partido sin debate interno es
cualquier cosa menos una estructura democrática.
Los que hemos pasado por una Facultad de Ciencias Políticas,
la de la Universidad Complutense en concreto, hemos
adquirido unos conocimientos de los partidos políticos
democráticos, con unas estructuras y unas actuaciones
distintas a como se ha actuado aquí, donde poco menos que
faltaban los “comisarios políticos” para ver quien cabe y
quien no, en un partido abierto a las corrientes
democráticas actuales.
El hecho de pertenecer, y no oculto que pertenezco, a otro
partido distinto al PSOE no me impide valorar todo lo mucho
que este partido ha dado a la democracia actual española,
pero tampoco me impide valorar como auténtico “pucherazo” o
como una “purga” lo que acaba de suceder aquí en Ceuta.
El señor De la Encina, en dos días, ha tirado por la borda
una gran parte del mucho trabajo que ha venido haciendo
desde hace muchos meses, y creo que su confusión ha estado
en actuar, de una forma similar a como ya actuó al otro lado
del estrecho, cuando la situación aquí podría ir por un
camino muy distinto a como iba allá, cuando él tuvo que
actuar.
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