El Hogar del Pensionista, ni los empleados de la institución
han formulado queja alguna sobre la denuncia pública
efectuada por afectados del servicio público, sino que las
voces discordantes situaban como ejemplo al propio Hogar
como usuario habitual de taxis adaptados en la ciudad.
En realidad la queja ciudadana sigue patente. “No sólo no
hay más que un taxi, sino que el trato deja mucho que
desear”, han informado estas mismas fuentes, que han querido
permanecer en el anonimato pese a que se mostraban
dispuestos a elevar las quejas hasta el área de Consumo de
la Ciudad Autónoma.
Los usuarios de taxis adaptados, que se cuentan casi por
decenas en la ciudad, exigen al Gobierno de la Ciudad que
subvencione a los propietarios de licencias como paso más
efectivo para poder disponer de más vehículos y, por tanto,
de más servicio.
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