Para ellos lo único realmente importante era participar ya
que nunca habían pisado unas tablas en las que se competía
por ganar algún premio. No han tenido suerte y han salido
del concurso de villancicos con las manos vacías pero no les
ha preocupado ya que días antes, en los ensayos, el coro de
la Iglesia Internacional Cristiana confesaba que su
intervención en el certamen estaba motivada por sus
creencias, sus valores y la fe, sobretodo, en estas fechas
aproximadas a la Navidad.
Unas 24 personas, todas procedentes del Centro de Estancia
Temporal para Inmigrantes, componen este simpático y
carismático grupo de villancios que mezcla la tradición y la
innovación; letras de antaño, siempre presentes en las
celebraciones navideñas, junto a la danza y los ritmos
africanos fueron las propuestas que arrancaron más de un
aplauso durante su actuación en el Auditorio del Siete
Colinas. Y que la ciudadanía podrá volver a escuchar el
próximo 27 de diciembre en el salón de actos del Palacio
Autonómico y en varias asociaciones de vecinos de la ciudad.
El atractivo vestuario en encajes dorados sobre su pieles
oscuras gradó la vista de más de un espectador aunque quizás
lo más importante es que fuera diseñado y confeccionado por
ellos mismos, con muchísimo cariño e ilusión. “Hemos
ensayado durante dos meses para crear un repertorio con
canciones en inglés, un poco de español y nuestro dialecto
africano. Además hemos preparado los trajes con una vieja
máquina de coser pero con muchas de ganas de hacerlo bien.
Para nosotros lo fundamental es que los ceutíes supiesen que
creemos en el cristianismo, que profesamos la fe, que nos
sentimos como en nuestra casa gracias a esta iglesia.
Queremos integrarnos en Ceuta”, explicaba Quinn Alex,
directora de la agrupación.
La Iglesia Internacional Cristiana funciona en la ciudad
desde hace unos 10 ó 15 años por ello una de las principales
motivaciones del conjunto, con expectativas ante el premio,
era renovar los asientos de la capilla, antiguos y viejos,
ya que a la institución apenas le llegan recursos. No ha
sido así aunque los componentes del coro, con sus
instrumentos y sus danzas africanas, se mostraron
satisfechos con lo obtenido: participar, tener un lugar de
encuentro, compartir unos instantes de emoción y alegría, y
demostrar a la sociedad ceutí que quieren integrarse y ver
en Ceuta un segundo hogar.
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