Observen el empleo del condicional
y el interrogante; no he querido ser taxativo con algo así
como “El fracaso de la Mudawana”. El joven soberano alauí,
Mohamed VI, se está ganando a pulso más oportunidades pero
debe ser consciente, también, de la erosión del paso del
tiempo: ya no bastan las operaciones de cosmética en este
Marruecos dual de dos velocidades y dos realidades. Bien
están y bien parecen las hermosas palabras contra la
discriminación de la mujer, pero la aplicación de la
Mudawana (Código de la Familia) está siendo, Mohamed VI
debería ser muy consciente de ello, un fracaso; y ello es
particularmente grave, puesto que la nueva Mudawana
promulgada forzadamente a finales de 2003 es el mascaron de
proa de las reformas del Régimen marroquí. El reciente
anuncio oficial del pasado miércoles sobre la eliminación
oficial hacia todas las formas de discriminación de la mujer
es sin duda importante y no una mera declaración de
intenciones, una operación de imagen cara a Occidente, pero
persiste en muchos campos una legislación adversa y, sobre
el terreno, la Mudawana está encontrando numerosos
obstáculos para aplicarse.
Así lo entendió recientemente la presidente de la Asociación
Marroquí de Derechos Humanos, Khadiya Ryadi, pidiendo más
claridad y exigiendo por ejemplo la prohibición de la
poligamia y las excepciones de la Mudawana que dan pie a los
jueces para casar a menores de edad así como, en consonancia
con la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
permitir a las marroquíes el derecho al matrimonio con
hombres de otra cultura y religión. Lo demás es hoy por hoy
un brindis al sol aunque, como punto de partida, tampoco
esta mal; veámos el vaso más medio lleno que medio vacío tal
como hace Amina Bouyyach, presidente de la Organización
Marroquí de Derechos Humanos (OMDH), quien saluda la
adhesión oficial de Marruecos a la Convención Internacional
contra todas las formas de Discriminación de la Mujer
(1993). Ahora, en buena lógica, lo que cabe es un proceso de
adaptación de la legislación marroquí a las disposiciones de
la Convención; ¿veremos una revisión de la Mudawana?; ¿cuál
será la respuesta de los partidos con representación en el
Parlamento, particularmente la formación más votada en las
últimas elecciones, los islamistas del PJD (Partido de la
Justicia y el Desarrollo?; ¿y en la calle..?, ¿se
movilizarán otra vez en contra los islamistas alegales de
Justicia y Espiritualidad, apoyados por el conjunto del
complejo arco islamista marroquí?. Finalmente, ¿qué
Marruecos prevalecerá?
Hace unas semanas, la Liga Democrática de los Derechos de la
Mujer publicaba un sangrante informe sobre la poligamia y el
casamiento de menores. La poligamia avanza sorpresivamente
en medios urbanos (entre 2006 y 2007 aumentó un 50,69% en
Marrakech, 51,96% en Rabat y 73,12% en Casablanca) y el
matrimonio con menores de edad está lejos de ser, como
contempla el espíritu de la Mudawana, una excepción: en 2007
se han registrado un total de 13.505 bodas con adolescentes
menores de edad (159 pequeñas no pasaban de los 14 años de
edad), siendo esta vez el medio rural, la mitad de la
población del país, el que se lleva la palma: de 13.505
casos en 2006, se ha pasado a 20.324 un año más tarde, en
2007. Mucho me temo que el Marruecos oficial y de las
apariencias va coincidiendo, cada vez menos, con el real…
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