En cierta ocasión, con motivo de
la crisis que estamos padeciendo, escribí en esta misma
página que ustedes me hacen el enorme favor de echarle un
vistazo, cómo se podía solucionar la misma, con cuarenta y
cinco millones de euros. Por supuesto, como no podía ser de
otra forma, no me hicieron ni… caso. Lo entiendo, lo
comprendo y lo asumo.
Pero para mi satisfacción, que no sólo de pan vive el
hombre, resulta que las medidas aprobadas por el Gobierno
con la entrega de esos ocho mil millones a los
Ayuntamientos, no es más que mi misma idea, pero en vez de
hacerla de forma unipersonal, se le entrega a los
Ayuntamientos que, en definitiva, es la casa de todos.
Ustedes me van a permitir que me bese aunque, para ello, me
deje el cuello como los pavos de Manolo llegando Navidad. Me
cabe el orgullo de poder decir que, unos economistas a los
que no me une amistad alguna, me pidieron les enviase el
recorte del periódico donde había publicado el artículo en
cuestión, pues estaban muy interesados en leerlo. La
contestación que me dieron me ha llenado de satisfacción.
Igual al conocer esa contestación, se me enfadan algunos de
los grandes intelectuales y lumbreras de este pueblo.
En fin, queridos míos, que dado el triunfo obtenido, me voy
a disponer a llamar a Solbes, por si a bien lo tiene me
busque un puestecito en su equipo de economistas, que con
esto de la crisis, estoy más seco que un “volaó” en tiempo
de poniente fuerte. Oiga, por mi santa, que está la cosa una
jartá de mala y peor que se va a poner con la llegada de los
Reyes Magos.
Me dice un amigo, siempre me tienen que decir cosas los
amigos que debería haber patentado mi idea sobre cómo salir
de la crisis y, de esa forma, podría pedirle al Gobierno
unas pesetas por la cosa esa de la propiedad intelectual.
Hay siglos que no estoy para nada, uno sigue siendo un
enorme despistado y ni se acuerda de eso de la propiedad
intelectual, en el supuesto que sea un intelectual cosa que
dudo mucho y, mucho más, si me comparo, aunque las
comparaciones sean odiosas, con los grandes intelectuales de
esta tierra mía. Porque aunque usted no se lo crea, porque
es un enorme incrédulo aquí, en esta tierra nuestra, si
sobran algo son lumbreras y genios políticos.
Qué me pregunta qué si entre esos “genios” de la política
ceutí, están los politiquillos de medio pelo, con gorra y
pito con mando, por supuesto que forman parte de ese grupo
de lumbreras.
Qué sería de esta tierra nuestra, sin la gran aportación que
hacen a la política todos esos personajillos del tres al
cuarto y politiquillos de medio pelo. Ceuta sería un jardín
sin flores, un lago sin agua, un belén sin portal o un
camello sin jorobas.
No creo, con toda sinceridad lo digo que, a pesar de mi
solución a la crisis, Solbes, me vaya a dar ningún puesto en
su equipo. Las cosa claras.
Pensándolo bien, no voy a pedirle nada al ministro de
Economía, porque me da la sensación de que no le queda mucho
tiempo de permanencia en su puesto. No sé por qué razón me
lo van a cambiar para poner otro en su lugar.
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