La ciudad de las cuatro culturas vivió ayer la que es una de
las festividades más arraigadas entre una de sus
comunidades, la musulmana, que celebró el Aid-El Kebir,
comunmente conocida como el Día del Cordero. Los más de
30.000 creyentes en Ceuta cumplieron con el rito y dieron
muerte a unos 5.000 borregos a lo largo de una jornada en la
que las familias se reunieron en torno a la mesa para evocar
la historia bíblica en la que la Divinidad evitó en el
último momento que Abraham sacrificara a su hijo. El profeta
superó la prueba de fe y, por ello, 1.300 millones de
musulmanes lo celebran 40 días después del Ramadán.
Antes de las nueve de la mañana, las distintas mezquitas
llamaban al rezo a los más de 30.000 ciudadanos musulmanes
que habitan la ciudad autónoma, primer rito antes de
continuar con el sacrificio del borrego.
El día anterior ya se había tomado la decisión de suspender
el rezo colectivo debido a las previsiones de lluvia y al
mal estado de la explanada de Loma Margarita, por lo que
fueron las mezquitas los escenarios destacados en el inicio
del Día del Borrego.
El segundo colectivo religioso más numeroso de Ceuta celebró
ayer, sin incidencias que destacar, la Festividad del
Sacrificio, una de las más importantes para el calendario de
fiestas de este colectivo. Se calcula que durante la jornada
se pasaron por el cuchillo cerca de 5.000 corderos –todos
provenientes de la península–, que sirvieron tanto para
evocar la prueba de fe del profeta Abraham como para dar
alimento a toda la familia en un día muy especial para la
comunidad musulmana, que año tras año se vuelca en esta
celebración casi como en ninguna otra.
Los creyentes de los textos sagrados del Corán fueron
acudiendo desde las nueve y media de la mañana al Matadero
Municipal y a las distintas carpas que la Ciudad Autónoma de
Ceuta dispone desde hace unos cuantos años para hacer más
segura e higiénica una fiesta que es vivida con intensidad
por el colectivo musulmán ceutí.
Las carpas, que contaron todas con sus matarifes
profesionales, se colocaron en las zonas con más profusión
de población musulmana: Benzú, Príncipe Felipe y Alfonso,
Miramar Bajo, San José de Hadú, Villajovita, Bermúdez
Soriano, Pasaje Recreo y la barriada el Ferrocarril
Según el matarife jefe del Matadero Municipal, durante la
jornada de ayer pasaron por las instalaciones cerca de 200
corderos, a los que se sacrificó, quitó la piel y las
vísceras hasta adquirir el aspecto que muestran en una
charcutería.
Los servicios de limpieza y de sanidad se encargaron de que
los restos fueran llevados a la incineradora asegurando que
la práctica del sacrificio se relizase sin molestias.
Las familias llevaron a sus hogares el cordero para comenzar
a preparlo y reunirse para recordar el pasaje bíblico más
conocido con Abraham como protagonista, quien es considerado
el padre de los creyentes no sólo por los musulmanes, sino
también por los cristianos.
Este relato bíblico, que figura en el Génesis, parece
justificar el abandono de la práctica cananea de sacrificar
al primogénito. Se tiene la creencia de que Isaac era un
niño cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su
primogénito en un monte ceremonial. El profeta se dirigió
con Isaac hasta el monte sin decirle que él sería el
sacrificado y, luego de que éste juntara la leña para el
rito, lo ató, lo puso sobre el altar y se dispuso a
degollarlo con un cuchillo. En ese instante fue detenido por
Dios, quien le dijo que no matase a su hijo porque “ya
conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu
hijo, tu único”.
En el Islam, la enseñanza del sacrificio humano no consumado
del primogénito habla acerca de entregar lo más preciado por
amor y obediencia a Dios.
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