Porque la verdad,¡voto a Breogán!,
los precios se han puesto por las nubes. El mercado fluctúa
cada día, aunque las autoridades del ministerio de
Agricultura insisten en que la demanda, prevista en cinco
millones de cabezas, está asegurada, estimándose en conjunto
un desembolso familiar de 7 millones de dirhams. Para el
prosaico asuntillo del “flus” (la pasta gansa), una buena
parte de nuestros vecinos marroquíes (particularmente entre
el pequeño funcionariado) recurren a créditos especiales de
un año de duración para afrontar dignamente esta importante
fiesta ritual (de Aïd Al Adha o Aïd El Kébir, la Fiesta del
Sacrificio o Pascua Grande, décimo día del mes lunar del
Dualhuya), en la que cada cabeza de familia debe sacrificar
religiosamente un animal, tumbándolo sobre su lado izquierdo
poniendo su cabeza hacia La Meca y recitando “Bismillah
arrahman arrahim” aunque, en pragmática puridad, los fieles
suelen quedarse en el “Bismillah” (alabado sea Dios). El
crédito al consumo se cancela anualmente y luego vuelta a
empezar. Como en las Navidades cristianas, un frenesí de
consumo (entiendo que nada espiritual) acompaña a la fiesta,
que muchísimos musulmanes ven como una obligación cuando no
es así: el sacrificio del cordero no es ningún deber
religioso, no es ningún pilar o creencia básica del Islam,
basándose únicamente en la “Sunna”, la Tradición del
Profeta… ¿Es “halal” entonces endeudarse para llevarla a
cabo con ostentación…?; ¿acaso no se recorta entonces, como
en la consumistas e insufribles Navidades cristianas, la
primitiva dimensión espiritual del acto…?. Digo.
La institución de la Fiesta del Sacrificio, hábilmente
asumida en el Islam como un guiño hacia el Judaísmo y
Cristianismo, recuerda en la “Sunna” el degüello de un
carnero (cordero de más de un año) por el patriarca Abraham
en vez de su propio hijo como sacrificio a Dios, importante
y decisivo paso en la fenomenología e historia de las
religiones pues significa simbólicamente, ni más ni menos,
que la sustitución de los sacrificios humanos por el de
animales. Las referencias coránicas a Abrahám puede
encontrarlas el lector en la Sura 3 (La familia de Imran,
medinesa), aleyas 65, 67 y 68.
En España y según mis fuentes, se habla de unas cifras de
385.000 corderos para la Pascua Grande musulmana que, sin
duda, serán un buen tirón para la economía de ganaderos y
carniceros, digo yo mira por donde. Solo en Ceuta, Ciudad
querida (y el dato es estimativo) podríamos hablar de 6.000
cabezas. Pensemos que la comunidad musulmana en España puede
acercarse ya a la respetable cifra de millón y medio de
fieles. ¿Y las condiciones de sacrificio…?. Por un lado, los
musulmanes que viven entre nosotros deben de saber que
existen ciertas normas legales, siendo preceptivos los
acuerdos con Sanidad pues, por motivos obvios, están
prohibidos los sacrificios domésticos de animales; por otra
parte las autoridades de cualquier rango, particularmente
los alcaldes, deben de hacer lo posible facilitando los
medios necesarios (carpas para sacrificio, con asistencia de
Sanidad, recogida de residuos…) para que ningún grupo o
asociación islámica busque disculpas para armarla.. España
es un Estado libre de Derecho, en el que está permitida la
libertad religiosa. Cúmplase pues, por todos, la
correspondiente cuota de responsabilidad.
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