Muchas fueron las versiones del
famoso ‘Bridge over trouble water’ que tan bien escenificó
la musical pareja Simon & Garfunkel. En la vida cotidiana,
se ha dado en llamar ‘puentes’ a aquellos días que,
cabalgados, entre dos festivos alargan el descanso laboral
relajando las tensiones del fatídico día a día, para unos
tediosos y para otros de niveles altamente estresantes. El
descanso es bueno para encontrar en él actividades
variopintas y muy distintas a las que se realizan con la
cotidianidad diaria. Son momentos para salir, pasear,
disfrutar de una agenda relajada donde dejarse llevar por
una actividad cultural o sencillamente por la dedicación de
recorrer escaparates y adentrarse en los mundos de la amplia
oferta comercial que en estos días abunda con motivo de unas
fechas tan festivas como las que se aproximan. En épocas de
crisis tan galopantes como en la que nos encontramos por
formar parte de este mundo avanzado occidental ‘tocado’ por
el efecto negativo de una economía globalizada y dañada por
sistemas poco protegidos y en exceso liberalizados, se hace
necesaria la apuesta de los sectores intermedios de la
economía para ofertar variedad de posibilidades que inciten
al consumo [primer parámetro afectado por la crisis]. Por
este motivo, en todo el país, el sector servicios ha
permanecido atento y espabilado por la eventual y confirmada
presencia de cientos de miles de personas que, disfrutando
de su ‘eventual puente’ han podido relajadamente acercarse a
los centros de compras y hacer acopio de esos artículos
propios de las fechas que se avecinan. En todo el país menos
en Ceuta que ha permanecido dormitando durante los tres días
del llamado puente de la Constitución. Precisamente ahora
que se encuentra en una situación de crisis y que navega en
las turbulentas aguas de casi la recesión en tanto llegan
las ayudas en forma de subvención, tanto para los empleos
como para las obras públicas. Con una economía sumergida
presente, la que forma la mano de obra del país vecino, y
con la situación que se vive actualmente, aún tenemos ganas
de cerrar en el puente. Un contrasentido.
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