Los obtusos que nos gobiernan y
los memos de la oposición deberían plantearse que, el
lenguaje, no describe la realidad, sino que “crea” la
realidad y que, por las leyes del Universo, atraemos aquello
por lo que nos lamentamos. Así que, en lugar de crisis,
debería hablarse de “breve lapsus circunstancial en la
economía”, echarle al invento su miajita de populismo fino y
garantizarse el triunfo en las próximas elecciones lanzando
propuestas capaces de entusiasmar y de esperanzar a la
ciudadanía.
Porque, mala cosa es tener a un pueblo desesperanzado, amen
de desesperado, que no distan mucho “espera” y “esperanza” y
la carencia de ambos términos pone al personal de una
increíble mala leche, porque, la ciudadanía se siente, de
alguna manera, estafada. A saber, eligieron en las urnas a
unos individuos a quienes regalaron todo tipo de privilegios
y esos individuos parecen incapaces de gestionar las vacas
flacas. Ni ellos saben gestionar ni la muchedumbre de
asesores, chupajuanetes, tiralevitas, enchufados,
pelotilleros y agitadores del botafumeiro a sueldo que les
circundan, parecen tener ni puta idea de propuestas
innovadoras que aporten un toque de optimismo al pueblo
soberano.
Al revés. Lo único que hacen con el pueblo soberano es
tocarle las pelotas alardeando de despilfarro y de
pamplinas. ¿Un ejemplo? La famosa cúpula llamada “Exaltación
del gotelé” maquinada por el pintor Barceló para los techos
de la ONU, millones de euros para financiar ese elogio de
estalactitas ficticias de colorines, tan innecesario, tan
abrumadoramente pijo. ¿Qué si, por un casual, no me gusta la
obra del pintor Barceló? Pues no, no me gusta, porque me
parece que compone cuadros y maquinaciones de podredumbre,
como el horror de la catedral de Palma de Mallorca cuyos
muros irregulares parecen aquejados por pústulas de la
lepra. No comparto pero respeto las predilecciones
artísticas de cada cual y, por supuesto, no voy a
lamentarme, en plan profesional de la buena conciencia de
que, los dineros para el invento del gotelé hayan salido de
presupuestos para vacunas, sencillamente porque, con nueve
millones de pobres y el país arruinado, no creo que sea
honrado el gastar los dineros de los españoles en jugar a
las monjitas del Domund. Aunque más vil resulta el hablar de
“la erradicación de la pobreza” en plan eufemístico y a
escala mundial, cuando en nuestra España, los pobres se
multiplican. Normal que, el pobre ajeno, resulte más exótico
a la hora de la foto y que los gobernantes opinen que, ante
las cámaras, nuestros menesterosos dan fatal y encima no
miran a la Personalidad que les da la limosna con
enternecedor arrobo y lágrimas de gratitud, sino con odio y
auténtica hostilidad. Unos pobres, en verdad, muy poco
amistosos y no como los de allende las fronteras, que se
visten de autóctonos y mariposean con danzas típicas en
agradecimiento al dadivoso. Nuestros menesterosos no
enternecen, sino que tienen unos ojos que dan susto y cuando
miran los coches blindados, a los escoltas, a la
Personalidad, a la corte de pelotas y a las cámaras vasallas
que inmortalizan la caridad publicitada, entonces, si te
fijas, no pensarás que hay miradas que matan sino que, hay
miradas, que hacen picadillo para albóndigas.
Por eso, por lo poco cooperador que es el personal, mejor
sería trazar una estrategia con golpes efectistas, como esa
nacionalización de la banca que escarmiente por siempre
jamás a los tiburones. La creación de una banca nacional
donde impere el sistema de microcréditos y cambiar la
declinación de la primera persona del indicativo del verbo
“privatizar” por la del verbo “nacionalizar” y a los
banqueros, a los grandes financieros y empresarios
supercapitalistas, empezando por las compañías de la luz y
de los carburantes, se les ofrece como pago a quitarle las
empresas con las que han esquilmado a los españoles, algún
tipo de integración laboral, algo imaginativo, un trabajo
que tenga que ver, por ejemplo con los viajes y con el sexo,
es decir, que se exilien con lo puesto a cualquier puto país
y que allí les den directamente por el culo.
¿Ven como no es difícil ilusionar al personal? Y que, el
dueño de Zara, el hombre más rico de España, cosa, corte y
confeccione los trapos de su imperio en la piel de toro ,
para dar trabajo a las criaturas. Y que no entre en nuestras
fronteras ni un contenedor de artículos fabricados por mano
de obra esclava a precios irrisorios para hundir el mercado,
sino que, quien quiera abastecer los bazares de los veinte
duros lo haga con mercadería made in Teruel (porque Teruel
también existe).Así, como diría mi amigo descansado Carlos
Cano “Que la alegría nunca nos falte. Que vuelvan pronto,
los emigrantes. Haya justicia y prosperidad”. Porque
huérfanos nos sentimos de lo uno y de lo otro y no es que
seamos aprensivos, vive Dios.
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