Como el año pasado, cuando la
celebración de Aid El Kebir y la Navidad se produjeron con
un intervalo de apenas cuatro días, el calendario nos ha
regalado este año a los ceutíes otras dos festividades
contiguas de las dos comunidades religiosas y culturales
mayoritarias en la ciudad, la musulmana y la cristiana, la
fiesta de Aid El Kebir, que se festeja mañana, y la
Inmaculada Concepción, que es hoy. El dogma de la Inmaculada
Concepción es un artículo de fe del Catolicismo que sostiene
la creencia en que María, madre de Jesús, a diferencia de
todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el
pecado original sino que, desde el primer instante de la
creación de su alma, estuvo libre de todo pecado. No debe
confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal
de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin
intervención de varón y que María permaneció virgen antes,
durante y después del parto. Aid-El Kebir es para los
musulmanes la fiesta mayor de su calendario lunar, en la que
conmemoran aquella ocasión dichosa en la que el profeta
Abraham -Ibrahim- estando a punto de sacrificar a su hijo
por sometimiento a su Señor, recibió la orden de canjearlo
por un cordero que se encontraba en las inmediaciones.
Ceutíes de todas las confesiones e incluso aquellos que no
se reconocen en ninguna identidad religiosa tienen estos
días la oportunidad y la obligación de hacer de estas
celebraciones una fiesta común y compartida en la que todos
disfruten y se alegren con el otro. Aunque en Ceuta aún no
se haya declarado oficial la festividad de Aid El Kebir está
en la voluntad de cada uno facilitar al vecino que pueda
celebrar los días grandes de su calendario como mejor le
apetezca con el único e inexcusable límite del respeto a los
demás, tal y como ha demostrado querer hacer la Comandancia
General militar con los soldados musulmanes. El suyo, por lo
que es además el régimen castrense, es un verdadero ejemplo
a seguir de convivencia y respeto a la pluralidad.
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