Entre las medidas económicas
anunciadas, por enésima vez, por Rodríguez Zapatero dias
pasados en el Congreso de los Diputados dirigidas a la
subsanación de la crisis económica que sacude a nuestra
nación que, por fin, ya han reconocido los prebostes de
nuestra política y aunque según el presidente del gobierno
“este barco viene salvando todas las turbulencias”, vemos
que no se encuentran soluciones a corto plazo principalmente
para corregir el alto grado de paro que existe en la nación,
la paralización de ventas en el sector de la construcción y
del automóvil, tanto, que llegan a alcanzar ya niveles de
record en nuestra economía. Y para contrarrestar estas
deficiencias el presidente anuncia, antes de la aprobación
de los correspondientes decretos, la adopción una serie de
medidas que se nos antojan de paliativas: 8.000 millones de
euros para obra pública local, 800 millones para el sector
de automoción, 500 millones para i+D+i, 400 millones para
autonomías y otras. Como puede apreciarse, de todas destaca
la creación de un fondo de inversión pública en el ámbito
local destinado a obras de nueva planificación y ejecución
inmediata y cuya dotación supone el doble de la inversión
que para los municipios se tenía prevista en el ejercicio de
2009.
Y se nos ocurre pensar, después de llevar a cabo unas
simples operaciones aritméticas, que a Ceuta corresponderían
en esta distribución unos 12.500.000 euros, o sea, poco mas
de 2.075 millones de pesetas, inyección económica que,
aunque vendría muy bien para llevar a cabo importantes
proyectos que servirían para la realización o construcción
de obras públicas (que una vez acabadas terminan con la mano
de obra empleada), también debería utilizarse para el pago
de deudas a pequeñas y medianas empresas que los
ayuntamientos, no solo el nuestro, tienen pendientes con las
pymes a quienes ayudaría a mantener las plantillas de
personal por una parte y, por otra, a la contratación de
nuevas obras así como a la creación de servicios sociales lo
que coadyuvaría al mantenimiento o incremento de plantillas
de personal.
Entre estas obras y servicios nosotros propondríamos, a
propósito de las nuevas medidas económicas aprobadas por el
gobierno, que se llevara a acabo la remodelación del Cuartel
de Ingenieros (popularmente conocido por el 54) para su
conversión en un campus universitario, con la disposición de
una plantilla fija de profesorado, personal auxiliar, de
mantenimiento, de servicios, etc. Por aquello ya dicho de
que no sirve que se empleen los fondos en carreteras u otras
obras si no se crea mano de obra permanente. Por eso nos
viene de nuevo a cuento aquella propuesta del Partido
Popular, que si mal no recordamos figuraba en su programa
electoral, de creación de un Campus Universitario, por lo
que supondría, aparte lo dicho de beneficio para la economía
ceutí, de empleo de personal fijo y la ubicación de
estudiantes de todo el suelo peninsular, Marruecos e Hispano
Americanos al tiempo que vendría a corregir el déficit de
puestos universitarios y el disponer de un importante
colectivo turístico fijo durante largas temporadas cada año,
inyección económica nada despreciable dados los alarmantes
índices de paro y la grave crisis económica por la que
atraviesa nuestra Ciudad.
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